En torno a que “los de afuera son de palo”
Extractado del Editorial de Noviembre 2011 Revista Nexo Sport (Profesor Arnaldo Gomensoro)
Con motivo de la finalización de la larga negociación por los derechos televisivos de la Clasificación para el Mundial de 2014 entre la Asociación Uruguaya de Futbol y la empresa Tenfield, se llevo a cabo una conferencia de prensa.
En ella el titular de la empresa, Francisco Casal., remato su intervención (que sello la aceptación del cese de algunos privilegios gozados anteriormente) indicando-con visible mal humor- “Que la gente sepa de que los asuntos del fútbol se arreglan entre la gente del fútbol. Y sin ningún tipo de injerencias.
De paso cañazo: tiro por elevación al Ministro Lescano.
Los allí presentes (dirigentes, periodistas, funcionarios, intermediarios, etc.) manifestaron-con un silencio significativo- su no discrepancia con esta forma de pensar.
Examinemos con un poco de detención esta concepción, que afirma que sólo la gente “del fútbol”
puede resolver sobre el deporte. Antes, intentemos precisar que se entiende por “gente del fútbol”.
Parecería que en esta categoría entran los dirigentes, los periodistas, “especializados”, los jugadores y principalmente los exjugadores, los técnicos, los intermediarios, otros operadores comerciales (como por ejemplo el “Pato Celeste”), sus familiares más o menos directos y los “referentes” de las hinchadas y barras bravas. Todos los demás no somos “gente del fútbol” y no deberíamos meternos.
Este pensamiento no es para nada nuevo, sino que se ha sido y es parte de los “códigos” no escritos d el fútbol, expresado en la frase “los de afuera son de palo”, que se le atribuye erróneamente a Obdulio
Varela pero que, sin embargo, la pronunció su amigo Shubert Gambetta.
Si sacamos por un
instante el foco de atención del mundo del fútbol y lo llevamos brevemente al resto de la sociedad, nos encontramos que también hay opiniones más o menos generalizadas que entienden, por ejemplo, que la salud es sólo problema de los médicos, el agro de los rurales, la educación de los educadores, etc.
Inclusive no son pocos los que opinan entre nosotros, que la Educación Física es un tema exclusivo de los Profesores de EF. Un sentir muy presente en el pensamiento uruguayo.
Volviendo al fútbol, hagamos un somero ejercicio de reflexión e intentemos saber qué y quienes hacen posible económicamente gran parte del funcionamiento del complejo engranaje de este deporte.
Tenemos a:
Uno: la mayoría de los clubes tienen sus estadios y canchas en espacios municipales o de organismos estatales nacionales. Ocupan privadamente espacios que son de toda la gente.
Dos: las instituciones deportivas están subvencionadas por el
Estado al estar eximidas de pagar impuestos, como así lo hace el resto de la actividad que se desarrolla en el país.
Como opina la DGI (”si pagamos todos, pagamos menos”), la parte que le correspondería pagar a las instituciones deportivas, se extrae del pago de los impuestos que se le imponen a
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todos los demás ciudadanos y/o empresas.
Tres: una parte importante de la publicidad que exhiben los equipos y espectáculos deportivos proviene del dinero que aportan con ese motivo algunas empresas públicas.
Estas, a su vez, extraen sus ingresos de las facturas que pagamos mensualmente todos los ciudadanos que utilizamos sus servicios.
Cuatro: otra forma sustancial de financiación del fútbol en Uruguay proviene de los famosos derechos televisivos. El dinero que paga la empresa Tenfield por esos derechos proceden del pago que muchos uruguayos hacemos cuando abonamos la cuota del servicio de cable. Especialmente fuera de Montevideo, donde el fútbol viene-en general-incluido en el paquete básico.
Cinco: también buena parte del dinero que hace funcionar al deporte procede del aporte que, por publicidad, hacen empresas comerciales privadas. Como las empresas-en el mundo capitalista- se caracterizan por estar orientadas al lucro, no lo hacen
claramente por su afán caritativo. Por lo tanto, no sacan ese dinero de sus ganancias, sino del sobre precio en la venta de sus productos, el que sale
directamente del bolsillo de sus consumidores. Es decir, de la mayoría de la población.
Seis: los espectáculos deportivos, especialmente ele futbol, presentan últimamente elevados niveles de riesgo de violencia. Por lo que es necesario que el Estado (o sea toda la sociedad) disponga de importantes y permanentes operativos de prevención y mantenimiento de la seguridad pública, con efectivos del Ministerio del Interior pagados por el Presupuesto Nacional-que como se dijo- los pagamos todos los que abonamos el IVA, el IRPF, etc.
Siete: muchos clubes reciben importantes aportes a través de convenios con el MTOP para su infraestructura
(cuyas contrapartes nadie controla) y el MTD,
tanto para viaje como para premios y otras necesidades.
Asimismo, a través del Programa Gol al Futuro, es Estado paga de sus fondos (es decir del de todos) el equipamiento deportivo, la asistencia técnica, la alimentación, el control educativo y de salud, etc., de las divisiones inferiores del fútbol profesional. Todo esto se financia con dinero destinado presupuestalmente a tal fin. Dinero de todos.
B O L E T I N A P E F P A Y
Por eso es que creemos que, luego de este simple repaso, se torna bastante difícil seguir sosteniendo eso que
“(…) los asuntos del fútbol se arreglan entre la gente del fútbol.
Porque al fútbol… lo pagamos todos.
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