La obsesión de evaluar constantemente a los estudiantes no deja tiempo al "verdadero aprendizaje"
Muchas veces la diferencia entre el éxito y el fracaso de un estudiante está asociada a la labor de un maestro o profesor dentro del salón de clases, la inspiración y las ganas de aprender que transmite a sus alumnos.
En estados unidos, según el The Wall Street Journal, los maestros están dejando de lado la profesión y no es por una cuestión salarial -como ocurre en otros países- sino porque la obsesión de “el sistema” por las pruebas de evaluación de los estudiantes no les deja tiempo para enseñar “el verdadero aprendizaje” a sus alumnos.
De esta forma, profesores con gran experiencia se ven obligados a dejar de lado las valiosas lecciones porque interfieren con el calendario de pruebas “diseñado por alguien que ni en su mejor día podría enseñar nada a un grupo de estudiantes”, indican.
“‘El sistema’ ha empezado a prestar atención pero no de la forma que queríamos, en lugar de aumentar los recursos está ejerciendo cada vez más control”, agrega. Se promociona un currículo básico con unidades de aprendizaje rígidas y estandarizadas que reprograma a los maestros transformándolos en “mayordomos silenciosos”.
“El problema con esto es que los profesores tienen que dejar de pensar” indica. Además, muchos estudiantes odian la escuela y se levantan cada mañana sabiendo que se enfrentarán a un nuevo día de “memorización”, porque se “ha quitado el verdadero aprendizaje” del plan de estudios.
Sin embargo, no todo está perdido. También cuentan cómo hay algunos docentes que han conseguido rebelarse de forma silenciosa antes las actuales tendencias de enseñanza y las siguen de una forma superficial.
“No voy a dejar que el último plan quinquenal logre destruir 30 años de producciones de Shakespeare, que doy a mis alumnos de quinto grado”, dijo una profesora haciendo referencia a que en ese nuevo modelo de estudios tales actividades no son consideradas importantes. También contó que sus alumnos le han escrito cartas durante décadas para decirle lo importante que han sido esos días en el salón de clases y que los han inspirado a seguir carreras de derecho, de investigación científica y artes.
“Los mejores profesores encontrarán una manera de mantener su poesía provocadora, los proyectos de investigación y la lectura de libros prohibidos en este plan de estudios que considera tales actividades irrelevantes”, apuntan.
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