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sábado, 3 de diciembre de 2016

El Atletismo en la Tercera Edad

El deporte en la tercera edad es fundamental para vivir una vida saludable, con efectos positivos no solo a nivel físico, sino también a nivel emocional

En las inmediaciones del Parque Batlle, muchos veteranos se acercan a la pista de atletismo para realizar actividad física. El objetivo de los entrenadores es realizar un trabajo progresivo y adaptado a los intereses de cada persona. Si bien hay grupos de entrenamiento, las clases son personalizadas y cada uno elige el horario que desea asistir, dentro de las 7 a 12 horas. En el marco del XXXIV Torneo Internacional López Testa, en el que compiten los máster, o veteranos, que se lleva a cabo este sábado 3 y domingo 4 de diciembre, varios de estos atletas describen algunas de las diferentes disciplinas que se pueden practicar en la pista.

Con el viento en la cara

La actividad deportiva llegó a la historia de Miguel Romero y Alba Sampaio luego de casi toda una vida transcurrida. Leyeron en un diario información sobre actividades deportivas para veteranos en la pista de atletismo, se comunicaron y a los pocos días estaban corriendo en la allí.
"Me parecía mentira la emoción que me brindó pisarla por primera vez. Fue muy emocionante, porque toda mi vida había querido venir y no podía por razones laborales. Cuando competí por primera vez, la emoción fue tremenda ", afirmó Miguel, con 80 años que no aparenta ni en su físico ni en su vitalidad, y que su risa constante y buen humor ayudan a disimular. A pesar de sus ganas, su "único deporte" cuando era joven era trabajar 10 o 12 horas en la industria farmacéutica y mantener a su familia. Hoy es campeón nacional de 100 y 200 metros llanos y ha conseguido medallas en varios campeonatos sudamericanos.
Alba nunca imaginó, y menos a los 82 años, ser una velocista que compite por el mundo en 100 y 200 metros llanos, ganadora de varias medallas de oro, ni ser record nacional en los 100 metros. "Nunca me gustó el deporte. Incluso cuando iba al liceo detestaba la gimnasia", comentó Alba, que impulsada por su esposo Miguel llegó casi de casualidad a la pista, con el objetivo primario de acompañarlo, pero poco a poco se fue enamorando de la actividad y sus efectos. A los pocos meses de haber comenzado ya estaba compitiendo.
Desde que comenzaron, hace 8 años, compiten en todo lo que pueden, y sus entrenamientos se basan en una hora y quince minutos dividida en pista y sala de musculación, tres veces por semana. "Lo importante es mantenerse en movimiento", sentenciaron ambos.

Los pies en el cielo

Leonardo Salvarrey es médico traumatólogo, pero lleva el deporte en sus venas. Tanto así que logró combinarlo con su profesión y se dedicó a la traumatología del deporte, especializado en lesiones de rodilla. Hoy, con 72 años que su fortaleza física oculta, compite en salto con garrocha y carrera de vallas.
"Me metí en el mundo del deporte a los 16 años y competí mucho tiempo. Después tuve un receso varios años y retomé la actividad física como máster, o veterano", contó Leonardo, quien se considera un deportista nato. "La garrocha necesita adrenalina y temperamento para vencer el miedo de saltar y quedar con la cabeza hacia abajo y las piernas hacia arriba", comentó Leonardo con la seguridad y convicción que lo caracteriza.
"El lema del adulto mayor es competir. No importa si salís tercero o décimo. En las competencias se aplaude al primero y al último", asegura Leonardo y enfatiza que no hay límites para el deporte, y que se puede comenzar a cualquier edad. La clave, según él, es realizarlo en forma progresiva.

Impulso y potencia

Si se encuentra en las gradas, mirando desde lejos, deberá acercarse para poder corroborar que lo que sus ojos ven realmente es a Sara Madera, de 89 años de edad, tomar una carrera de 4 metros, saltar, caer en la arena y levantarse con la facilidad de un joven atleta.

Con una vitalidad y alegría que deslumbran, esta entrañable veterana es récord nacional de salto largo y 100 metros llanos, además de tener en su historial, según afirma, 200 medallas desde que comenzó, 31 años atrás. Luego de años de ser ama de casa y de criar a sus hijos y nietos decidió empezar en un gimnasio. Al ver su buen rendimiento, su entrenador le recomendó probar en la pista. "No me olvido más, al otro día me hice el carné de salud y entré. Me fascinó, dije 'yo no salgo nunca más de acá'", sentenció Sara con firmeza y agregó: "A los tres meses me fui a Porto Alegre y saqué una medalla de oro en 100 metros. Y así seguí siempre, pensando que esto no lo dejo más, porque me encanta. Para mí es pasión".
El entrenamiento de Sara para salto largo consta de dar 4 vueltas a la pista caminando, luego agregarle algunas corridas y ejercicios con estiramientos en colchoneta. Para finalizar realiza 3 o 4 saltos en el saltadero.
"Cuando salgo de esta pista me voy con el cuerpo impecable. Para mí es una alegría muy grande estar en esto. Y mientras las piernas no fallen estaré acá adentro" finalizó.

Precisión, fuerza y velocidad

K. NANTEZ

Con 82 años, Alfredo Latorre es campeón sudamericano de jabalina, y desde 2004 hasta hoy fue campeón nacional de jabalina y salto alto. Descubrió la jabalina de casualidad. En una competencia una profesora le pidió hacer lanzamiento, él le explicó que no sabía cómo y ella le enseñó. "Dije: 'esta gente no me puede ganar', fui, tiré y salí segundo. Después agarré el celular, busqué 'lanzamiento de jabalinas' y empecé a aprender la técnica", contó Alfredo.
Cuando empezó a trabajar tuvo que abandonar el deporte y se dedicó a criar a sus 10 hijos. Regresó a los 72 años, con el objetivo de mantener una buena calidad de vida y no depender de terceros. Hoy compite en jabalina, 100 metros llanos y salto alto.
"¡Si pude yo con 72 años no van a poder venir otros!", exclama Alfredo al asegurar que cualquiera puede practicar jabalina, y explica que el entrenamiento consta de trabajos de fuerza: bíceps, tríceps, antebrazos hombros, abdominales y pierna; de velocidad, y mucha práctica de cruces de piernas, porque el tiro se hace cruzado.

Katya Nantez en El observador


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