El problema no es lo que te pasa, sino como reaccionas tu frente a lo que te pasa.
No importa lo mucho o poco que hagas, sino "como" lo hagas.
No uses el presente para ninguna fin solo vívelo pues es lo único que existe.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Libertad personal y renacer emocional

No es mi intención sentar cátedra en este artículo sobre lo que tienes que creer o no creer, sino simplemente poner luz sobre algunas creencias cuya veracidad puede que estés dando por sentada, sin reflexionar sobre ellas; creencias limitantes en muchos casos (algunas de las cuales ya se trataron hace tiempo en este otro artículo) que se propagan rápidamente de padres a hijos, profesores a alumnos o entre amigos; pero que, lejos de ayudarnos (como pudiera parecer a simple vista) están dificultando enormemente nuestra vida y nuestro desarrollo personal, actuando como piedrecitas dentro de nuestro zapato, que aunque pequeñas, nos hacen muy incómodo, duro y dificultoso (incluso llegando a imposibilitar) el recorrer nuestro camino personal.
Y es que no existen únicamente creencias de tipo religioso o ideológico, sino que todos los humanos sin excepción, llevamos dentro de nosotros un “listado de puntos” (seamos conscientes de él o no) en el que basamos las reglas de comportamiento y relaciones con los demás y con nosotros mismos. Ten en cuenta que la forma en cómo te relacionas con los demás es tan sólo un reflejo de la manera en cómo te estás comportando (verdaderamente) contigo mismo.
¿Cuál es el sentido o el fin que busca este artículo?
Deseo poner de manifiesto estas creencias (tóxicas a mi entender), destaparlas, poder ayudarte a saber que existen, para que puedas aprender a detectarlas en ti (si es que alguna lo estuviera) y proporcionarte entonces la oportunidad (la libertad) de neutralizarlas y/o reformularlas según sea el caso. Y es que, como dijo el sabio, “nunca vemos lo que siempre vemos”; y al no ser visto, ese listado de afirmaciones que das por ciertas, actúa como un poder en la sombra, dirigiendo tu vida a su antojo; aunque a veces la maneja así porque sencillamente nunca pensó que hubiera otra forma de hacerlo …y no porque te odie tu propio subconsciente.
He clasificado estas creencias en 3 grupos: creencias sobre el pensamiento (la mente) sobre lasemociones (el corazón) y acerca del cambio o renacer interior (la consciencia). Sin duda hay infinidad, pero éstas son las que personalmente estimo más importantes de las muchas que he ido descubriendo en mi camino personal y en los comentarios que una y otra vez se vierten en mi página de Facebook, así como en este blog.
Está descritas en primera persona, porque entiendo que el cambio real sólo puede producirse cuando puedo darme cuenta y despertar, mediante un diálogo honesto conmigo mismo, un diálogo que ha de basarse (es fundamental este hecho) en la comprensiónla aceptación y el amor incondicional(libre de juicios y etiquetas) por mi comportamiento actual (me guste o no ese comportamiento mío) y por todo aquello que, a partir de ahora, vaya a descubrir en mí.

PENSAMIENTOS:
  • No se trata de tener que controlar la corriente incesante de mis pensamientos, sino de dejarla estar, para salir así de ella y comenzar a observarla fluir desde la orilla, sin juzgarla, ya fluya plácida o corra tumultuosa. De lo que se trata en definitiva, es de abandonar mi identificación con ella como hasta ahora he venido haciendo, de no confundirla más con mi auténtico Yo. Si puedo tomar consciencia de esto (y no tan sólo entenderlo de manera intelectual) no me importará demasiado ni me inquietará, a partir de ahora, lo que surque por mi mente.
  • No se trata de desconectar mi computadora mental, ni de ponerla en blanco o en hibernación,sino de entender que es una herramienta; y hacerla trabajar plenamente a mi servicio, entonces puede haber paz interior e inteligencia real; una gran capacidad se abre ante mis ojos, una capacidad que siempre estuvo ahí, aunque oculta por el ruido mental producido al haberme estado identificando hasta ahora mis pensamientos cíclicos.
  • No se trata de forzarme a aceptar las situaciones, sino de dejar de pelearme con lo que ha ocurrido, con la realidad de lo sucedido, de soltar el (inútil) rencor y odio; para que así, gracias a la energía ahorrada de esa forma, tenga la claridad suficiente para poder analizar, acometer y solucionar lo mejor posible los contratiempos que surjan en mi vida, sin dejarme ya paralizar por ellos.
  • No se trata de someterme ante los acontecimientos, sino de encontrar la paz interior mediante la aceptación de lo que siento al vivirlos, sea lo que sea… inclusive si lo que siento es el hecho de que hoy por hoy no quiero aceptarlos.
  • No se trata de luchar contra mi Ego, porque así tan sólo le estaré fortaleciendo y dándole más poder sobre mí; sino de no alimentarle más, de cerrarle el grifo de la energía que únicamente yo le puedo proporcionar.
  • No se trata de cambiar la mentalidad de mis padres (y/o de las personas que fueron referentes para mí durante mi infancia) sino de sanarles en mí, porque sin duda les he interiorizado, y con ellos, a sus heridas y traumas no resueltos.
  • No se trata de combatir o de huir del desorden y del descontrol, sino de entender lo sinsentido de mi necesidad de control para poder aceptarla y trascenderla, ir más allá de ella. Y es que no puede haber paz interior cuando siento el ansia compulsiva de tener de controlar cualquier situación, ni puedo amar verdaderamente a los demás cuando necesito manipularles para “sentirme feliz”, así como no puedo amarme a mí mismo cuando no me permito ser como soy ni sentir lo que siento en cada momento.

EMOCIONES:
  • No se trata de evitar sentir dolor emocional o de temerle, sino de dejar de verter el veneno de la culpa y el ácido del sufrimiento en mis heridas cuando ese dolor aparece en mí.He de tener presente que lo que me atemoriza no son mis emociones en sí sino el recuerdo del sufrimiento que inconscientemente (sin saberlo) les inyecté en el pasado al tratar de huir o ignorar (inútilmente) las emociones que no deseaba sentir.
  • No se trata de huir de mis emociones, sino de entender que no son mis enemigas, sino mis aliadas, que están en mí para ayudarme a recobrar mi equilibrio interior perdido.
  • No se trata de controlar mis emociones o de ser frío, sino de aprender a leerlas, a interpretarlas y a gestionarlas correctamente, relacionándome con ellas, a partir de ahora, desde una perspectiva más saludable para mí; lo que transformará a mejor la forma en como las he vivido hasta ahora. Teniendo en cuenta que dejar de controlar mis emociones no implica que haya de exteriorizarlas en cualquier momento y lugaro hacerles caso en todo lo que me ordenen realizar, sino permitirme sentirlas plenamente y dejarlas fluir libremente (sin juicios) dentro de mí. Dejarlas estar ahí.
  • No se trata de obligarme a ser positivo, sino de tener una actitud abierta y comprensiva hacia mí mismo en cada momento, sin juicios, ni etiquetas, ni culpas que emboten mi mente y me llenen de miedo e inseguridad ante la vida.
  • No se trata de pintarme en la cara una sonrisa forzada sino de despertar, profundizar en mí y sanarme, para que esa luz irradie todo mi Ser y a los que están a mi alrededor. Es como el árbol que sana sus raíces, entonces sus hojas vuelven a brotar “mágicamente”.
  • No se trata de huir de la caída o de la herida, sino de aceptarla como algo natural en la vida, mas ésta no es en ningún sentido una forma de resignación, sino la aceptación de que una situación aparentemente horrible puede, en el corto y medio plazo, llegar a convertirse una fuente de luz para mi vida (me viene ahora a la memoria el ejemplo de la conversión de San Pablo, producida tras haberse caído de su caballo).

RENACER INTERIOR:
  • No se trata de esforzarme por cambiar interiormente, ni de obligarme a ser algo (o a no serlo),sino de observar lo que me limita y entenderlo verdaderamente (y no tan sólo intelectualmente) porque entonces el cambio sucederá instantáneamente, por sí solo y se desarrollará sin esfuerzo. He de tener presente que la mayor parte de las piedras de mi camino personal están en mi interior, mi labor es irlas descubriendo, apartando, para que la vida se abra paso.
  • No se trata de restarle seriedad a mi vida, sino el dramatismo con el que inconscientemente la suelo enturbiar. Se trata de limpiar la lente a través de la que aprendí a mirar mi propia vida.
  • No se trata de sobreexigirme sistemáticamente, sino de dejarme ser yo mismo, para que mediante el sosiego y la paz interior que puede florecer entonces en mí, alcance mis propias metas, sin estrés, ansiedad ni presiones. Yo no soy el esclavo de mi ego.
  • No se trata de sacrificarme a toda costa, sino de quererme a mí mismo y de aprender a realizar con amor y disfrute aquello que entienda que debo hacer por los demás. De esa forma no exigiré secretamente ningún tipo de compensación futura, ni viviré con la sensación amarga y egoísta de que no se me ha pagado lo suficiente.
  • No se trata de culparme por lo ocurrido, sino de aceptar mi responsabilidad …en el caso de que sea responsable de lo sucedido.
  • No se trata de crucificarme o juzgarme por ser como soy, sino de irme puliendo poco a poco y con mucho amor hacia mi mismo, tal y como si fuera una estatua aprisionada en un bloque de mármol.
  • No se trata de dar una impresión de ser fuerte ante otros o ante mí mismo, sino de aceptar con humildad aquello a lo que yo llamo debilidad (y tanto temo sentir) para entonces comprobar que no es tal.
  • No se trata de tener que poner en práctica conceptos mentales sino de ser plenamente consciente de ellos, de su significado, porque cuando entiendo realmente algo, ese algo me transforma automáticamente, me hace ampliar los límites de mi consciencia.
  • No se trata de motivar a otros con palabras o frases ingeniosas, sino de poder hacer brotar una llama de luz dentro de cada persona que me lea o escuche; no por una necesidad de sentirme importante, sino como gratitud hacia la orientación que en su día también recibí.
  • No se trata de cambiar y dejar de ser yo, sino de permitirme ser aquello que auténticamente siempre fui, sin máscaras ni condicionamientos que actúen como hilos de marioneta sobre mí.

Por supuesto, tampoco se trata de hacer de este listado unas “tablas de la ley” que seguir en tu vida, no se trata de cambiar un condicionamiento por otro, sino de realizar tu propio trabajo personalpara revisar tus creencias y saber cuales de ellas te aportan salud y cuales no, cuales siguen siendo vigentes y cuales ya no te sirven. Recuerda que está en juego tu libertad personal y tu paz interior.


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