El músculo está formado por muchas
fibras musculares que se van agrupando en paquetes. Cada paquete tiene una
lámina envolvente que va separando estas fibras en grupos. Imagínense un
paquete de tallarines, cada tallarín vendría siendo una fibra muscular. La
severidad del desgarro va a depender de la cantidad de fibras que se rompen. A
veces, sólo se rompe la lámina envolvente, pero en ocasiones existen desgarros
masivos que comprometen a casi todo el músculo.
;Sabemos que los músculos son los encargados del movimiento humano ;y esto se logra gracias a la capacidad contráctil del tejido muscular.
Sólo las fibras musculares tienen la capacidad de contracción y relajación necesarias para el movimiento.
Esta contracción-relajación ocurre gracias a un mecanismo complejo y coordinado llevado a cabo por proteínas musculares específicas.
Cuando tenemos una contractura este mecanismo se altera y el músculo permanece en contracción mantenida.
Existe una sensación de gran rigidez y dolor. Frases como tengo un “cototo” o una “pelota” son clásicas.
Y realmente se palpan zonas de abultamiento dadas por el grado de contracción. .
Músculos como el trapecio (entre el cuello y el hombro) o los gemelos (pantorrilla) son susceptibles a las contracturas.
Existen diversas causas: el sobreentrenamiento con pausas insuficientes, un inadecuado calentamiento al iniciar una actividad, poca flexibilidad muscular, entre otras. Esto sumado al estrés o a un evento particular de tensión emocional pueden gatillar una contractura.
Si es pesquisada y tratada a tiempo generalmente es de rápida evolución.
El reposo deportivo del área afectada son las recomendaciones iniciales. Con estas medidas en aproximadamente cinco a siete días debiese pasar.
El desgarro, en cambio, tiene una evolución más compleja.
Como dije, la severidad del daño y los síntomas dependen del tamaño del desgarro y su localización.
Generalmente la regeneración del tejido muscular Tiempo en el que van ocurriendo diversos pasos hasta que finalmente la ruptura es reparada..
En este proceso el tratamiento kinésico es fundamental, ya que con diversas técnicas vamos acelerando la cicatrización y, además, logramos que la cicatriz muscular o el nuevo tejido formado tenga mejores propiedades tensiles.
Esto último no es menor, ya que siempre un tejido nuevo requiere de una progresión en la intensidad del ejercicio, de lo contrario es susceptible de lesionarse otra vez.
Las causas del desgarro son similares a las de una contractura, pero éste ocurre cuando hay un mecanismo de acción que hace que el músculo se contraiga bruscamente; generalmente en deportes en que exista este tipo de solicitación.
Por ejemplo, en el tenis o en el fútbol existen movimientos violentos que podrían provocar una ruptura si quienes lo practican no están físicamente preparados.
Por esto el desgarro es común en los llamados deportistas de fin de semana.
Un clásico ejemplo es un adulto que no tiene tiempo de entrenar, termina la semana sin haber elongado ni movido un dedo hasta la esperada “pichanga” del sábado y aquí entrega todo en la cancha hasta que siente un “pinchazo” o “piedrazo” que le impide seguir la actividad
Las medidas iniciales frente a este escenario es aplicar mucho hielo en la zona y no elongar, recuerden que existen fibras rotas que pueden romperse aún más.
La imagen de elección para detectar clínicamente un desgarro es la ecotomografía de partes blandas.
Como consejo, esperar dos a tres días para hacerla, ya que al comienzo puede no
evidenciarse claramente producto de la inflamación.
Espero que ahora conozcan las
principales diferencias entre una contractura y un desgarro. Así podrán
realizar un mejor manejo inicial, para luego consultar a un especialista.
de https://www.guioteca.com
Otra opinion de http://www.vamosacorrer.comde https://www.guioteca.com
¿Sabes diferenciar entre una contractura y una rotura muscular? Síntomas similares pero distintas lesiones. Las sesiones de masajes, los baños de frío-calor, la crema antiinflamatoria y el hielo pueden ayudarnos a la hora de una pronta recuperación. Aunque el mejor remedio es la prevención: calentamiento previo y estiramientos posteriores A pesar de que tienen una sintomatología muy parecida, no son lo mismo. Y este detalle es lo que puede inducir a la confusión a la hora de diferenciar una contractura de una rotura muscular.
Dos de las lesiones más frecuentes en los deportistas tanto profesionales como aficionados.
La primera sensación que tenemos en ambas molestias físicas es que la fibra tiende a encogerse, y produce una especie de quemazón. Dependiendo del grado de intensidad, la contractura y la rotura nos impedirán seguir con nuestra actividad física programada en gran parte de los casos. ¿Cómo diferenciarlas?
La contractura se puede identificar visualmente porque en el músculo se crea una especie de bola, que suele ser consecuencia directa del sobreentrenamiento. Las sesiones de masaje son el recurso más rápido para relajar ese músculo. Dichas sesiones irán en función del grado de inflamación. En el caso de que esta inflamación sea severa, necesitaremos un tiempo de reposo para que el masajista pueda trabajar sobre la zona dañada.
Este tiempo de reposo podemos aprovecharlo para aumentar la circulación sanguínea con entrenamientos muy suaves para que el músculo se active, y disminuya el hematoma. El masaje también cobra protagonismo cuando la dolencia física deriva de una rotura fibrilar. El desgarro de las fibras conlleva un período de descanso absoluto, sin correr nada de nada. Éste también dependerá del propio alcance de la lesión.
Tratamiento a seguir Como hemos indicado los masajes del fisioterapeuta o masajista son los más eficaces para recomponer el músculo maltrecho por la contractura o la rotura fibrilar. Además si combinamos estos masajes con baños de frío y calor, contribuiremos a reducir la inflamación, porque el flujo sanguíneo mejora.
También es recomendable aplicarse hielo un par de veces al día, y sin sobrepasar los diez minutos. Para tratar de evitar quemaduras en la piel, no debemos aplicar el hielo de forma directa, y recurrimos a una bolsa o un trapo para envolver el hielo, y protegerte. Y para rematar, un poco de crema antiinflamatoria tampoco nos vendrá mal. De todas formas, el remedio más indicado es la prevención. Así que no debemos olvidar los conceptos básicos de todo deportista: calentamiento previo antes de iniciar la actividad física, y estiramientos al final del entrenamiento. Y si te sobreviene una contractura o una rotura, no queda otra que resignación, paciencia y una pronta recuperación.