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domingo, 30 de junio de 2013

La expectativa salarial que han planteado los sindicatos es irreal"

HÉCTOR FLORIT


El actual director general del Consejo de Primaria dice haber llegado a la administración pública casi "accidentalmente", porque su vida estuvo volcada, al menos entre 1983 y 2004, a la actividad sindical. 
El líder sindical reconoce que hubo "errores" del gobierno "en la comunicación" con los sindicatos. L. Carreñ
Pilar Besada
Entre esos años dirigió el sindicato de maestros de Montevideo, del que la semana pasada fue expulsado junto con otros jerarcas de la educación pública.
Plantilla modelo
Florit advierte que al llegar el Frente Amplio al poder el movimiento sindical perdió dirigentes con experiencia que pasaron a ocupar cargos de gobierno, y a eso atribuye la actual radicalización. Además reconoce que al gobierno le faltó exigir contrapartidas a cambio de los aumentos salariales.
-El conflicto sindical en la educación lleva varias semanas y las soluciones todavía no parecen encontrarse. ¿Qué salida le ve a esto?
-Creo que la única posibilidad es recordar que tenemos un convenio vigente, que ese convenio fue votado por los sindicatos en diciembre de 2010, que en 2012 hubo una corrección del convenio, y que en 2013 se plantea como posibilidad del gobierno adelantar el último tramo del convenio de 2015 a 2014. En ese marco las partes tienen que seguir dialogando y negociando, con espacios relativamente acotados. La expectativa vinculada a media canasta familiar o a montos similares fue una expectativa irreal, que nunca tuvo posibilidad en tanto ya había un convenio que pautaba otro monto.
-¿Cree que el Frente Amplio generó expectativas desmedidas de aumento salarial?
-Quizás el sindicato pasó de una etapa de mucha inmovilidad a una expectativa de logro desmedida, y eso genera una movilización que está muy cargada de emotividad. ¿Qué responsabilidad tenemos de no haber recordado que hay un convenio que permite adicionarle a un 45% de mejora un 23% más? No haberlo explicado adecuadamente. Quizás ahí haya errores en la comunicación. Seguramente se tendría que haber insistido mucho más y haber explicado mucho más cuál es la dinámica del gasto fiscal. Hoy me parece que es preciso establecer sobre todo el clima de diálogo.
-Cuando el gobierno firmó el convenio no acordó una cláusula de paz. ¿Hubiera sido correcto dar los aumentos a cambio de la paz sindical?
-Yo parto de que los tópicos que se convenian y se firman implican una cláusula de paz. Se pueden producir conflictos por lo no negociado, pero por lo que está negociado me parece que el sentido común indica que la paz está en las garantías del contrato. Creo que el convenio es insuficiente, pero no por este punto particular, que me parece que es obvio. Creo que en cambio sí son convenios insuficientes porque no establecen contrapartes del punto de vista de los trabajadores de la educación y no alcanzan otros tópicos que no sean estrictamente salariales.
-¿Qué tipo de contrapartes?
-Un compromiso de gestión. Se podrían vincular otros aspectos de la vida laboral: el tema de la asiduidad, garantías y oportunidades de perfeccionamiento, incentivos acordados.
-Eso tampoco se acordó en el momento de la negociación. ¿Cree que este gobierno, al igual que pasó con Adeom en Montevideo, tiene problemas para establecer claramente las contrapartidas a cambio de los aumentos con los sindicatos?
-Sí, sin duda. Por eso yo creo que los convenios tienen que tener ese alcance. Por eso hablo de un compromiso de gestión. El compromiso de gestión tiene dos elementos importantes. Uno es que el servicio, en este caso la escuela pública, gana. Porque hay algún beneficio, ya sea la asiduidad, la extensión del año lectivo o la formación de los docentes. Pero hay un segundo elemento, y es que la mejora de la gestión es determinante para las mejoras salariales. Entonces, convenios que únicamente incluyan cláusulas de mejora salarial inicialmente dan garantías y mejoran las condiciones de vida, pero tienen techo. Y en ese sentido creo que fue la mayor carencia del convenio. Si tuviéramos un convenio más amplio, más ambicioso, seguramente también tendríamos otro margen para mejorar el salario.
-Usted fue uno de los fundadores de la Asociación de Maestros del Uruguay en 1983 y fue su dirigente hasta 2004. ¿No previó que un conflicto como el actual podía suceder?
-Cada vez que me hacían una pregunta yo decía dos cosas: primero que los salarios docentes siguen siendo bajos, por lo cual la aspiración a mejorarlos es legítima, pero que había un convenio que había expresado el acuerdo de las dos partes, el cual constreñía las demandas a un margen muy escaso. Creo que lo que yo no tomé en cuenta es que los sindicatos han perdido un grupo muy importante de dirigentes y militantes con experiencia, porque se les planteó la alternativa de integrar elencos de gobierno, y en cada uno de los sindicatos, pero muy especialmente en enseñanza, hay un número grande de maestros que estamos en estos cargos, y la renovación generacional y la educación obrera, no tuvo la capacidad de formar cuadros nuevos.
-¿En qué es diferente el sindicato hoy de lo que era antes?
-Hoy yo veo por la televisión las asambleas y encuentro muchos compañeros muy jóvenes que quizás no vivieron ninguna de las experiencias de la resistencia a la dictadura, de las citaciones al departamento de inteligencia, del trabajo que da construir un sindicato plural, tolerante, democrático, y de lo complejas que son las luchas en lo que hace a las reivindicaciones, porque el ámbito público tiene un espacio fiscal restringido, y todos sabemos que cuando aumenta el gasto hay alguien que lo paga. Entonces la lucha salarial presupuestal en el ámbito público tiene complejidades en lo que hace a la distribución equitativa de los recursos, no es un tema de plusvalía del dueño de la empresa. Pero estas apreciaciones no van en desmedro de un reconocimiento expreso al compromiso profesional y personal de los maestros con la escuela pública.
-¿En qué son diferentes estos reclamos de las huelgas que usted encabezó en 1989 y en el 1993?
-Básicamente en la existencia de un acuerdo salarial. Uno de los reclamos permanentes que hemos tenido en la FUM desde el año 85 son los convenios salariales. Como presidente del sindicato estudié en profundidad esa herramienta, y es un instrumento que permite diseñar un horizonte de mejora salarial, evita el desgaste anual de la movilización, el paro, el descuento, entre otras cosas. La segunda diferencia es que tanto el 89 como el 93 eran momentos de fuerte caída salarial. Hoy estamos en una situación muy distinta. Respecto al salario nominal del 2005, donde un maestro ingresaba en la carrera con un nominal de 6.050 pesos, hoy tenemos un salario de 17.100 nominal, que implica un aumento del 61% en términos reales. Tenemos 8 años de aumentos salariales constantes, es la primera vez en la historia que los maestros tenemos ese aumento.
-¿Qué sintió cuando se enteró que lo habían desafiliado de Ademu?
-Una pena horrible. Yo soy un tipo muy original. Soy de los pocos tipos que festejé mi casamiento en la Casa del Maestro. Dediqué mi vida a esto, yo en realidad estoy en la administración casi accidentalmente. Todos mis amigos, mi vida, fue el movimiento sindical. Y la verdad que es una cosa que me quiebra. Ojalá todos tengamos la oportunidad de volver a pensar en qué nos equivocamos y bueno, ver cómo se sale de estas cosas. Son daños que seguramente el que los hace no tiene noción de cuán graves son para otros. Una votación de repente puede ser poco reflexiva. Creo que la secretaria general de Ademu hizo un intento por explicarlo y lo vinculó a la bronca.
-¿Cómo se van a recuperar las clases que se están perdiendo por el conflicto?
-Por ahora no tenemos una definición. Una alternativa es la modalidad "maestro más maestro". Son docentes que atienden en contraturno al grupo de alumnos con mayor rezago. Es una estrategia que se aplica desde 2009 y que habría que extenderla. En segundo lugar, hay que establecer una fecha de finalización de cursos que permita asegurarnos que se hayan cumplido la cantidad de jornadas pautadas y de contenidos curriculares.
-¿Hasta cuándo prevé que haya clases?
-Hasta fines de noviembre no vamos a tener una idea del grado de avance en los programas. El año pasado terminaron el 16 de diciembre, pero no creo que hoy podamos adelantar fechas. De todos modos, esta discusión no forma parte del discurso que ayude a buscar una salida al conflicto. Hoy tenemos que concentrarnos en restituir la imagen de la educación pública.

Más dinero y los mismos resultados

Desde que el Frente Amplio llegó al poder en 2005, el presupuesto para la educación pública ha aumentado significativamente. En la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), aumentó 154% desde 2004 a la fecha, mientras que en la Universidad de la República el crecimiento fue de 1.005%, según cifras de la Contaduría General de la Nación. En términos reales, el salario docente en la ANEP aumentó 61% desde 2005.
Estos aumentos, sin embargo, no han tenido un correlato en la mejora educativa. Los índices de deserción siguen altos, sobre todo en el primer ciclo de liceo, así como el ausentismo docente y la repetición.
Las pruebas PISA de 2010 mostraron que Uruguay está estancado en cuanto al rendimiento educativo, y que las brechas de desigualdad entre lo que aprenden los más pobres y los más ricos es de las más altas de la región.
Cuando en 2010 se discutió un nuevo presupuesto para la educación para el período de gobierno actual, los magros resultados educativos influyeron para que la administración no aceptara el reclamo de los gremios de aumentar el gasto educativo hasta un 6% del PIB. Actualmente se ubica en un 4,5% del PIB entre todas las ramas de la educación.
Hoy el salario de un docente que se inicia en la actividad y por cuatro horas de trabajo diarias ronda los $ 15.000. A medida que avanza en la carrera docente el sueldo aumenta, hasta unos $ 25.000 para docentes con 25 años de actividad. Si trabajan en tiempo completo (8 horas diarias), el salario base es de casi $ 30.000 (ver gráficos).
El vicepresidente Danilo Astori ha dicho en varias ocasiones que antes de votar más presupuesto se deben mejorar los resultados educativos. A comienzos de junio y ante el inicio de la ola de protestas de los sindicatos docentes, Astori afirmó que "la mejora de los resultados del proceso educativo es lo que debería presidir nuestras preocupaciones en la materia".
el pais

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