El conflicto docente mete el dedo en uno de los aspectos más candentes de la vida de nuestra sociedad: la situación de nuestros niños y adolescentes y todo los que lo rodea.
Por Jorge Pasculli (uno de nosotros)
A juzgar por los resultados todo está en tela de juicio y en crisis, pero el conflicto docente a nivel público, así como las críticas destempladas de la oposición, con poca memoria de lo que ellos mismos hacían en este tema hace pocos años atrás, concentran toda la atención por el ruido que meten. Parecería que con aumentarle sustancialmente a los docentes y poner a blancos y colorados al frente(¿con los presupuestos que ellos daban a la enseñanza?) alcanzaría.
Al mismo tiempo, todo parecería andar sobre ruedas en la enseñanza privada, porque de allí no se oye nada. Quien escarbe un poquito o tenga familiares o amigos docentes o con hijos allí sabe que no es así. En primer, el hecho que en los privados no se hagan paros no significa que paguen mejor que las escuelas y liceos públicos. En la mayor parte pagan peor. Supongo que no hacen paros allí porque tienen miedo que no los vuelvan a contratar.
Lo cual establece una no buscada injusticia con los alumnos de la enseñanza pública, quienes por lógica son los que menos recursos tienen para paliar lo que no aprendan en las aulas. Pero, además, concentra toda “la ira” contra las autoridades oficiales y calla los reclamos ante quienes cobran muy bien las cuotas a sus alumnos, lo cual tampoco es justo porque deja en la ignorancia la situación allí. Que tiene lógicamente altibajos según los centros, pero donde también se viven problemas, además de los bajos salarios, pero que se manejan con total discreción, por lo que la opinión pública no los conoce. Muchos de ellos son generados por diferentes temáticas sociales, pero que también muestran que tenemos un problema grande allí. No sólo por el verdadero rendimiento escolar más allá de las calificaciones, sino por los problemas de conducta de algunos jóvenes, con graves problemas de adicción, desarraigo familiar, inestabilidad emocional y psíquica, promiscuidad, etc. Es hora que también hablemos de eso.
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