Que aquello que te mueva esté en sintonía con tu legado de dones, predisposiciones y talentos. No te inventes un personaje ni te parapetes en él. Respétate en todo momento.
Nada de tu naturaleza está mal en sí mismo, sino todo lo contrario: es perfecto. Y que con tus logros y ganancias honres a los que estuvieron antes de ti: aquellos que, con sus aportaciones, hicieron posible tu prosperidad. Ojalá que lo que te mueva esté al servicio de la vida y la embellezca, ya que el sentido de la vida es servirla y regarla con tu propia singularidad.
JOAN GARRIGA
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