Pasar hambre a lo largo del día, estimula la necesidad de comer alimentos que no benefician
Existen ciertos factores que pueden ser
causantes de generar sensación de hambre, que es importante conocer, para poder
identificarlos y de esa forma corregirlos. Aquí le contamos nueve posibles
razones:
1. Dormir mal: Al dormir, las hormonas reguladoras del apetito se activan y
desactivan. Cuando se duerme mal se descontrolan. La falta de sueño incrementa
los niveles de grelina (hormona que aumenta el apetito), mientras que disminuye
los de leptina (hormona reguladora de la saciedad). Por lo tanto, al despertar,
se incrementa el hambre, y, al estar física y mentalmente agotados, el cuerpo
demanda más energía y siente necesidad de consumir alimentos menos convenientes, como, por ejemplo,
hidratos de carbono simples.
2. Elegir carbohidratos refinados para
calmar el apetito: Se conocen como
carbohidratos refinados a los productos de repostería, snacks, cereales,
golosinas, etc. Estos alimentos no calman el apetito, sino que producen una
sensación "adictiva" de no poder parar. Será mejor optar por frutas,
yogures, frutos secos, etc.
3. Comer deprisa: Cuando se come rápido se tiende a comer
más de lo necesario, ya que el organismo tarda unos 20 minutos en enviar la
señal de saciedad al cerebro. Por lo tanto, comer lentamente ayuda a detectar
esta sensación, lo cual ayudará a parar de comer cuando ya no sea necesario.
4. Saltear comidas: Saltear comidas aumenta la secreción de
grelina, ya que el estómago está vacío por más tiempo. Esto aumenta la
sensación de hambre lo cual hace que se coma de más y que el organismo almacene
más de lo necesario por si vuelve a pasar por una situación de ayuno.
5. Estar deshidratado: La región cerebral que regula el hambre es la misma que
regula la sed, con lo cual pueden confundirse.
6. Estar estresado: El estrés aumenta el apetito, al
estimular la secreción de cortisol y adrenalina, hormonas que ponen al cuerpo
en estado de alerta, pidiendo más energía e incrementando la necesidad de
comer.
7. Comer poca proteína: Las proteínas son nutrientes que producen
una gran sensación de saciedad, calmando el hambre. Por lo tanto, deberían
estar presentes en la dieta diaria.
8. No consumir grasas saludables: Las grasas también producen saciedad, por
ello, es conveniente elegir alimentos fuente de grasas saludables como la
palta, los frutos secos y el aceite de oliva, entre otros.
9. Ver y oler comida constantemente: Esto también tiene un efecto estimulante
del apetito. Y, en tiempos donde las imágenes bombardean, se vuelve más difícil
de controlar.
Fuente: Salud Terapia
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