El problema no es lo que te pasa, sino como reaccionas tu frente a lo que te pasa.
No importa lo mucho o poco que hagas, sino "como" lo hagas.
No uses el presente para ninguna fin solo vívelo pues es lo único que existe.

lunes, 11 de mayo de 2009

+ MOURINHO – DESMONTAR EL MITO DE LA CONDICIÓN FÍSICA COMO PRIORIDAD EN EL PERÍODO PREPARATORIO

PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA
DESMONTAR EL MITO DE LA CONDICIÓN FÍSICA
COMO PRIORIDAD EN EL PERÍODO PREPARATORIO
Si pensamos en la norma de entrenar, fácilmente nosotros apercibimos las preocupaciones
que orientan las primeras semanas de trabajo de un equipo. Se intenta
elevar los dichos índices de condición física para que se pueda sustentar, después,
el “trabajo táctico”.
Largos períodos de carrera continua, muchas veces en espacios como la playa o
el bosque, entrenamiento con intervalos, entrenamiento en circuito, entrenamiento
por estaciones, rampas, barreras (obstáculos), gimnasio, etc., marcan el trabajo
diario de los equipos en este período dicho preparatorio o fundamental. Este trabajo
busca el desenvolvimiento general que tradicionalmente se reconoce como
indispensable -es visto como los cimientos o la base de lo que viene a seguir-,
algunas veces con la presencia del balón para engañar (y ¿ser autoengañado?),
pero donde el gran objetivo es siempre el mismo: correr x tiempo o hacer x repeticiones.
Como sus preocupaciones son otras, Mourinho sigue un modelo de pensamiento distinto:
Para mí, las prioridades son otras. Como no me canso de repetir, lo más
importante en un equipo es tener un modelo de juego, un conjunto de principios
que proporcionen organización al equipo. Por eso, mi atención se
centra ahí desde el primer día. Las semanas preparatorias inciden, de
forma sistemática, en la organización táctica, siempre con el objetivo de
estructurar y elevar el desempeño colectivo. Las preocupaciones técnicas,
físicas y psicológicas (como la concentración, por ejemplo) surgen por
arrastramiento y como consecuencia de la especificidad de nuestro modelo
de operacionalización.
1
Fácilmente se percibe que no se trata aquí de menospreciar alguna de las dimensiones
del juego; se trata antes de subordinarlas a lo que Mourinho considera ser lo fundamental
para el rendimiento del equipo: su organización de juego. Al contemplar la
supradimensión táctica, Mourinho moviliza también las restantes dimensiones. De
forma contextualizada, específica, es decir, en las proporciones que su jugar requisita.
Al trabajar nosotros la vertiente táctica en unas condiciones próximas a
las que deseamos para la competición, esto es, próximas de aquello que
pretendemos para nuestro juego, estamos desenvolviendo la vertiente física
en la especifidad que ella realmente tiene. Por ejemplo, en vez de desarrollar
la “fuerza” de una forma aislada o descontextualizada, lo hacemos
a través de ejercicios con determinadas características, jugando con el
espacio, el tiempo, el número de jugadores y las reglas que les imponemos.
De esta forma, estamos sin duda desarrollando algo relacionado con la
“fuerza”, pero en un contexto mucho más específico. Un ejercicio tácticotécnico
en el que existen al mismo tiempo muchos saltos, muchas paradas,
muchas caídas y muchos cambios de dirección, es mucho más importante
que otro donde se trabaja la “fuerza” de forma aislada o descontextualizada.
Ahora lo difícil de todo esto es conseguir operacionalizar lo que queremos,
es conseguir crear ejercicios que engloben todas las vertientes, sin
olvidar nunca nuestra primera preocupación: potenciar un determinado
principio de juego.
En suma, según este modo de pensar el entrenar, el dicho período preparatorio o
fundamental sólo lo es porque viene antes del período competitivo. En efecto, en
este período hay ya la necesidad de que existan partidos, no exclusivamente para
verificar el nivel que se tiene, sino también como parte fundamental del patrón
semanal -porque aquel que va a ser el patrón semanal durante el período competitivo
debe comenzar a serlo luego desde el inicio-.
¿Por qué se le llama, entonces, período preparatorio o fundamental?¿Tendrá algo
fundamental o especial con respecto al período siguiente? No. Sólo es fundamental
para los primeros partidos. Y, en esta perspectiva, es tanto menos fundamental
en cuanto más tenga de aquello que, tradicionalmente, se dice que debe tener.
EL DICHO PERÍODO PREPARATORIO ES IMPORTANTE PARA
MOURINHO, PERO POR RAZONES MUY DISTINTAS DE LAS EVIDENCIADAS
POR LA NORMA DE ENTRENAR. ES UN PERÍODO
IMPORTANTE PARA PREPARAR AL EQUIPO EN FUNCIÓN DEL MODELO
DE JUEGO DESEADO Y ES UN PERÍODO SIN COMPETICIONES
OFICIALES, SITUACIÓN QUE PERMITE UN TIEMPO DE EXPERIMENTACIÓN,
AJUSTES, REAJUSTES QUE SON IMPORTANTES EN LA
RELACIÓN ENTRENADOR-EQUIPO Y ENTRENADOR-JUGADORES.



MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
DESMONTAR EL MITO DEL ENTRENAMIENTO
DE LAS CAPACIDADES CONDICIONALES
Tanto en dicho período preparatorio como durante el cuadro competitivo, la
norma de entrenar dedica buena parte de sus preocupaciones a desenvolver
supuestas capacidades tenidas como fundamentales y, por eso, merecedoras de
particular atención. Fuerza rápida, fuerza resistencia, fuerza explosiva, velocidad
de reacción, velocidad de desplazamiento, velocidad resistencia, resistencia aeróbica
y anaeróbica, etc., son todos “factores entrenables”.
Sin balón, o en los dichos juegos reducidos, la lógica procesual tradicional del
entrenar se subordina a este conjunto de preocupaciones. Por eso se hacen sesiones
de entrenamiento en parques o en bosques, se hacen sesiones dobles, entrenamientos
con intervalos, fartlecks, entrenamientos en circuito o por estaciones,
ejercicios continuados extensivos, continuados intensivos, etc.
Mourinho, como hemos visto, en ningún momento pierde de vista la idea del todo
-de su jugar-. No lo concibe partido en distintos factores y, por ello, resistencia
aeróbica, fuerza resistencia, etc., no son factores que le merezcan atención. Sabe
que algo parecido a eso existe en su jugar, pero como consecuencia del acontecer
del mismo. Y sabe también que sólo el subordinar de todo el proceso de entrenamiento
a la supradimensión táctica, esto es, a la vivenciación/adquisición jerarquizada
de sus principios de juego, le permite movilizar la subdimensión física en la
singularidad que su jugar requisita.




PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA
5
Con todo, y en una aparente paradoja, Mourinho se sirve de la subdimensión física
como criterio para calibrar la relación desempeño-recuperación en el patrón
semanal de entrenamiento:
Mis preocupaciones diarias se dirigen a la operacionalización de nuestro
modelo de juego. No en tanto, la estructuración de la sesión de entrenamiento
y de lo qué hacer cada día no está sólo relacionada con los objetivos tácticos,
sino también con el “régimen físico” a privilegiar, en la medida en que
debo tener en cuenta, por ejemplo, los aspectos de la recuperación, particularmente
respecto a la proximidad o no del partido anterior y del próximo.
Por tanto, un día el trabajo táctico-técnico incide más sobre la recuperación
del último partido, otro día sobre lo que yo llamo para simplificar “fuerza
técnica” y así sucesivamente.
Con efecto, concomitante a la adquisición jerarquizada de su jugar, Mourinho se
preocupa por mantener una regularidad semanal en cuanto a la alternancia de los
diferentes patrones de desempeño-recuperación. ¿Por qué? Porque no es posible
biológicamente mantener ininterrumpidamente el organismo a esforzarse en el
mismo registro, solicitando todos los días las mismas cosas del jugar. Es de sentido
común que el organismo, para que esté despierto, necesite también dormir.
Para esforzarse, necesita descansar y recuperar.
En esta línea de pensamiento de Mourinho, la recuperación, en cuanto imperativo
metodológico, sucede/se procesa también en el plano más “físico” alternando el patrón
de contracción muscular dominante y, consecuentemente, alternando entre entrenamientos
más discontinuos y entrenamiento menos discontinuos, pero siempre en específidadmás
o menos compleja. Es decir, toda esta lógica procesual tiene que estar siempre
subordinada al supraprincipio de la especificidad. Si es importante alternar las densidades
significativas de los distintos patrones de contracción muscular, es importantísimo
no perder nunca la articulación de sentido con el modelo de juego. Nunca podemos
olvidar que, hablando de la metodología de Mourinho, hablamos de un proceso de
entrenamiento todo él condicionado a la adquisición de una forma de jugar específica.
Este principio metodológico fundamental en la concretización dinámica de la metodología
de Mourinho puede ser designado como principio de la alternancia horizontal en
especificidad. Hay una preocupación que nunca cambia -la operacionalización del
modelo de juego -, pero la escala a la que eso sucede se va haciendo diversa. Es eso que
permite a los jugadores llegar frescos al día del partido, porque no se están masacrando
siempre las mismas cosas del jugar. Yes una alternancia horizontal porque es cumplida
no a lo largo del día -unidad de entrenamiento-, sino a lo largo de la semana.
Esta brújula procesual es absolutamente indispensable. En el entrenamiento, el
dosificar es garantía para poder progresar.
Para que se perciba la lógica estructural del patrón semanal en su totalidad, es
necesario, aún, asociar el principio de la alternancia horizontal en especificidad
al principio de la progresión compleja.


MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
Hay que tener la noción de que, para que se pueda progresar, es también preciso
ordenar, jerarquizar. ¡Esto es lo que lleva al operacionalizar! Pero atención, no es
la convencional progresión de lo general hacia lo específico, del volumen hacia la
intensidad, de lo aerobio para lo anaerobio. Es una progresión que habla respecto
a la jerarquización de los principios de juego de Mourinho, por un lado, y a lo que
sucede con la diferenciación del esforzar a lo largo de la semana, por otro.
Estamos, por tanto, hablando de una progresión como base de fondo de la adquisición
de jugar y ésta acontece, por lo menos a tres niveles: a lo largo de la temporada,
a lo largo de la semana -en función de lo que fué el partido anterior y de
lo que será el siguiente- y a lo largo de cada unidad de entrenamiento. Es, pues,
una progresión compleja, donde cada uno de los niveles se relaciona con los otros.
***
Mourinho desintegra, esto es, rompe en pedazos el complejo de principios, subprincipios,
subprincipios de los subprincipios que van dando cuerpo y alma a su
modelo de juego para, como consecuencia de eso, (re)integrarlos. La integración
es el resultado de la dinámica del proceso, de la vivenciación jerarquizada de sus
principios de juego.
La lógica de distribución por las distintas unidades de entrenamiento se garantiza
por el principio de la progresión compleja y por el principio de la alternancia
horizontal en especificidad, teniendo en cuenta el manoseo conveniente del desgaste
global -“mental-emocional” y “físico” implicados en el solicitar diverso de
la triada relacional de las dichas estructuras locomotora, orgánica y perceptivocinética5
- y de la recuperación. Reténgase que en ningún momento Mourinho desvía
su atención del desgaste “mental-emocional” resultante del grado de complejidad
de los desempeños.
(5) Nos ayudamos de las estructuras locomotora, orgánica y perceptivo-cinética
de los investigadores de la universidad de Laval, pues hayamos pertinente o criterio
subyacente a la construcción de las mismas: identificar la dominancia de una
en relación a las demás en lo que se refiere a la especificidad de acción en cuestión,
cumpliéndose el llamado efecto limitador. Salvaguardamos, naturalmente,
que aquello que se sabia en el momento en relación a cada una de las tres estructuras
mencionadas estaba muy distante del conocimiento actual.
ES NECESARIO ENTENDER LA PROBLEMÁTICA DE LA RECUPERACIÓN
EN DOS PLANOS POSIBLES DE DIFERENCIACIÓN PARA
ANÁLISIS: EL PLANO “MENTAL-EMOCIONAL” Y EL PLANO “FÍSICO”.
ENTRENAR EN CONCENTRACIONES MÁXIMAS RELATIVAS
IMPLICA INTENSIDADES MÁXIMAS RELATIVAS Y, POR LO TANTO,
GRAN DESGASTE “MENTAL-EMOCIONAL”, ES DECIR, SIGNIFICATIVA
FATIGA TÁCTICA.




PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA
Con partidos domingo a domingo, Mourinho tiene siempre tres días en los que
procura, de una forma más incisiva, el crecimiento de los desempeños del equipo
-miércoles, jueves y viernes- sin que pueda alienar lo que el partido anterior le
trajo y lo que tiene que salvaguardar por no saber lo que el siguiente le va a traer.
¿Qué hace entonces Mourinho en esos tres días en los que el lado adquisitivo del
entrenar está más presente?
Al privilegiar la vertiente táctica, por tanto, la organización que pretendo,
estoy privilegiando todas las restantes componentes del rendimiento, pues es
por necesidad de lo “táctico” que surgen todas las restantes. Es a partir del
trabajo táctico, de la operacionalización de mi modelo de juego, que voy a
conseguir una adaptación específica en los restantes componentes. Si nuestro
“táctico” es singular, todo lo que de él se deriva lo es también. Por eso es
que yo digo que no creo en equipos bien o mal preparados físicamente, sino
en equipos identificados o no con una determinada matriz de juego, adaptadas
o no a una determinada forma de jugar. Porque la adaptación fisiológica
es siempre específica, singular, de acuerdo con esa forma de jugar.
JOSÉ MOURINHO
Juzgo que es importante definir la imagen que quiero dar cuando hablo de
“fuerza”, “resistencia” y “velocidad” en el fútbol. Los conceptos tradicionales
que podemos encontrar en los libros sobre metodología de entrenamiento
son generales y están muy lejos de lo que yo pienso que deben
ser. Yo no perspectivo a la “fuerza”, “resistencia” y “velocidad” desde un
punto de vista cuantitativo, sino contextualizadas a aquello que es el fútbol
y, fundamentalmente, a nuestra forma de jugar.
JOSÉ MOURINHO



MIÉRCOLES: EL DÍA DE LOS PROPÓSITOS
EN RÉGIMEN DE ELEVADA TENSIÓN ESPECÍFICA
Salvaguardando la posibilidad de que en el miércoles aún no exista una recuperación
total en términos “mentales-emocionales” y teniendo en cuenta que el desgaste
“mental-emocional” acarrea consecuencias para el “desgaste físico”,



MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
Mourinho hace que este entrenamiento sea el más discontinuo de la semana.
¿Cómo? Transportando para ese día ejercicios cuya relación desempeño-recuperación
resulte en un régimen que aún permita descanso significativo.
La experiencia me dice que tres días después de un partido los jugadores
aún no están completamente recuperados. No tanto físicamente, sino fundamentalmente
en términos emocionales. El desgaste emocional tarde más
en recuperarse que el físico. No tengo ninguna duda.
Es verdad que los aspectos motivacionales pueden apurar la recuperación “mental-
emocional” y, así siendo, los jugadores pueden llegar al miércoles prácticamente
recuperados del partido anterior. Con todo, es preciso tener presente que
Mourinho tiene que garantizar un patrón semanal. Ya hemos visto que es crucial
que así suceda.
Por tanto, cualquier unidad de entrenamiento alterna períodos de esfuerzo -“mental-
emocional” y “físico”- y de recuperación, pero, por las razones presentadas,
será la sesión del miércoles la que más intervalos de recuperación presupone. Es
la más fraccionada, la más discontínua.
La cuestión que se plantea ahora es cómo encaminar los ejercicios para el régimen
pretendido -elevada tensión específica-. La respuesta es simple: jugando con
el espacio, la duración y el número de jugadores implicados, para garantizar una
gran densidad del patrón de contracción muscular deseado.
Partiendo del conocimiento de que las contracciones musculares se pueden caracterizar
por la velocidad de contracción, su duración y la tensión manifestada,
Mourinho crea para este día ejercicios que impliquen significativa velocidad de
contracción, corta duración y tensión elevada como patrón de contracción muscular.
O sea, los ejercicios que crea para los miércoles exigen una gran densidad de
contracciones excéntricas, incluyendo, por eso, un número significativo de paradas,
aceleraciones, cambios de dirección, saltos, caídas, etc.
Reforzamos, con todo, que Mourinho quiere para este día un número significativo
de contracciones excéntricas, aunque los objetivos de cada ejercicio y de la
unidad de entrenamiento sean otros, relacionados con su forma de jugar. Esas contracciones
excéntricas aparecen como un “medio para”, un medio para superar
dificultades relativas a su jugar, un medio para enraizar determinados principios
de juego. Es decir, son siempre los propósitos tácticos, que Mourinho quiere
vivenciar, al exigir tal patrón de contracción.
¿Cuál es, para mí, el significado de “fuerza” en el fútbol? Es tener la
capacidad de arrancar, frenar, cambiar de dirección, saltar para cabecear...
Tenemos que contextualizarlo en función de aquello que son las acciones
específicas de nuestros jugadores en el juego. Tenemos, por tanto, que
trabajar de acuerdo con la especifidad de nuestro juego. Si queremos que
en la unidad de entrenamiento haya un predominio de acciones táctico-



PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA
técnicas en régimen de “fuerza técnica”, aquello que hacemos es buscar
un conjunto de situaciones de juego donde eso esté presente. Ahora no
tenemos la preocupación de cuantificar si el jugador hace diez o quince
cambios de dirección. Nuestra preocupación es que la situación en sí
arrastre consigo una dominancia de esas acciones.
En este contexto, las preocupaciones de Mourinho se dirigen fundamentalmente
en este día para los subprincipios, subprincipios de los subprincipios, en fin, para
propósitos con menor complejidad -subdinámicas de su jugar-. Y entiéndase que,
en este día, aún quedan residuos de fatiga que no le permiten sacar el máximo provecho
de las exigencias implícitas en la vivenciación de los grandes principios y
sus articulaciones.
No nos podemos olvidar de que, más allá de la articulación de los principios
de juego, es también fundamental hacer la articulación de los subprincipios
de cada gran principio. Por ejemplo, si yo defino la posesión de
balón como principio, no me llega repetirla constantemente en un ejercicio
de 8x8. Eso sería muy reductor, ya que subyacen a esa posesión existen
subprincipios que deben ser entrenados. Lo que hacemos es “ir a buscar”
esos subprincipios, como la posesión con transición de zona o evitar
el pase en primera instancia, y potenciarlos en espacios más reducidos y
con menor número de jugadores. Después, en un contexto con mayor
número de jugadores y espacios más amplios, hacemos la articulación de
esos subprincipios.
JOSÉ MOURINHO
No estará de más insistir en que estamos ante una unidad de entrenamiento manifiestamente
discontinua, en la medida en que son exigidas acciones en intensidad
instantánea significativa y que, por eso, necesitan intercalarse con sucesivos períodos
de recuperación.
No utilizo programas individuales de musculación con mis jugadores para
mantener o potenciar algunas cualidades. No creo en eso. Todo lo que
hacemos se relaciona con nuestro modelo de juego. El gimnasio y las
máquinas de musculación son para el departamento médico, si lo cree
conveniente, usarlo en la rehabilitación de lesiones.
JOSÉ MOURINHO




MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA

La mejor adaptación es la que se consigue partiendo de aquello que va a perspectivar
una determinada competición. Al pretender jugar de una determinada
forma y al trabajarlo semanalmente, en un contexto todo él orientado hacia
eso, toda la estructura fisiológica se adapta concretamente y de forma específica.
Ya el trabajo con máquinas de musculación presenta varias interrogantes.
Por ejemplo, ¿hasta qué punto el desarrollo muscular que se consigue de
esa forma se identifica con las sinergias musculares que la modalidad y nuestro
modelo de juego requieren? Para nosotros, la adaptación concreta a partir
de las situaciones de juego nos permite direccionar mucho mejor la preparación
del jugador, teniendo en cuenta la competición. La cuestión es ésta: cada
uno opta por el camino que está más direccionado para su objetivo final. El
nuestro es que el equipo juegue como queremos, según nuestro modelo de
juego.
RUI FARIA
El hecho de que en mis equipos haya pocas lesiones no traumáticas no es por
suerte. El entrenamiento juega aquí un papel determinante. El músculo está
tanto más preparado para el esfuerzo y para la temporada cuanto más específico
haya sido el trabajo realizado. Esto es algo evidente, es pragmático y
es básico. ¿Y lo qué es que prepara mejor el músculo? Son las acciones que
denominamos, para más fácil entendimiento, de “fuerza técnica”, esto es,
acciones táctico-técnicas realizadas a intensidades altísimas y a velocidad
elevada. Por ejemplo, una frenada seguida de un contacto físico y de un cambio
de dirección con un sprint es una acción de “fuerza” mucho más específica
que un press de piernas de 200 kilos. Por eso, el músculo está mucho más
preparado y adaptado para el esfuerzo del juego si trabajamos de esta forma.
Por veces, las personas están tan obcecadas con la vertiente física, que sólo
ven el músculo como un órgano generador de trabajo y no como un órgano
sensible. Se olvidan que él es un órgano sensible con una capacidad absolutamente
fantástica de adaptación al envolvimiento regular. Y no hablo sólo del
fútbol portugués, porque, cuando llegué al Chelsea, tenía a mi disposición una
herramienta fantástica, la “Prozone”, pero los relatorios que eran elaborados
lo eran estrictamente en función de la vertiente física: cuantos kilómetros ha
recorrido el jugador “X”; cuantos kms. corrió a una intensidad determinada;
si corrió más en la primera parte que en la segunda; si corrió más en los últimos
quince minutos o en los primeros... O sea, ¡todo en función del físico! Este
tipo de información no me interesa; no en tanto, la “Prozone” es una herramienta
de captación de información absolutamente fantástica. Y, en este
momento, no prescindo de su uso, pero la información que yo obtengo de ella
es completamente diferente de la que era obtenida antes de que yo llegase.
JOSÉ MOURINHO
PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA


DESMONTAR EL MITO
DE LA RECUPERACIÓN CONVENCIONAL
Tanto se reconoce la importancia de la recuperación que se utiliza la misma como
una de las principales justificaciones para los malos resultados. Declaraciones
como “Tuvimos poco tiempo para recuperar”, “Hubo partido en mitad de la semana
y el equipo acusó el esfuerzo” y “ La temporada ha sido larga y dura y en esta
fase final acusamos el esfuerzo” son más que frecuentes. Incluso en entrenadores
que apenas están envueltos en dos competiciones -Liga Y Copa de Portugal-.
En efecto, no hay ningún entrenador que diga que la recuperación no es un aspecto
fundamental a tener en cuenta en el proceso de entrenamiento y son también
cada vez más los que reconocen que el problema de la recuperación debe ser ecuacionado
en dos niveles: fatiga “física” y fatiga “mental-emocional”. Con todo,
decir no es hacer. ¡En la práctica, la teoría es otra!
Muchos de estos entrenadores que se quejan de la elevada densidad competitiva
a la que están sujetos aprovechan los parones del Campeonato para “recargar baterías”
con el aumento de las cargas físicas. Extraño es también el comportamiento
de aquéllos que por jugar los miércoles un partido de Copa o de competición europea,
intentan cambiar el partido de Liga para el lunes, pero entrenan jueves, viernes,
sábado y domingo. O de aquéllos que dicen que la recuperación es tan importante
como el entrenamiento, pero, estando siempre listos para entrenar dos veces
al día, no son capaces de dar dos días de descanso.
En Portugal se juega los miércoles y ya se solicita que el siguiente partido
se juegue el lunes. Pero se entrena el jueves, viernes, sábado y domingo.
¡Es un absurdo!
JOSÉ MOURINHO


6
Pero lo extraño de la situación no acaba aquí... El simple hecho de perder lleva
muchas veces a que se entrene más, -en cantidad, entiéndase-. Esto en una de las
alturas en que el desgaste “mental-emocional” más se hace sentir: los momentos
de las derrotas. Más aún, se dice que la fatiga no sólo es “física”, sino “mentalemocional”,
pero, se va a intentar recuperar luego al seguir del partido “físicamente”
a los jugadores, como si esta cuestión no tuviera que verse globalmente -indivisible-
y como si el entrenar al día siguiente por la mañana no fuese pernicioso
para la recuperación “mental-emocional”.
En Portugal se entrena de más cuando se pierde. Los entrenadores, tal vez
influenciados por los conceptos relacionados con la cantidad – que es
para muchos lo mas importante- y por sentir recelo de ser criticados por
la poca cantidad de trabajo, rompen todo el proceso. ¡El Benfica llegó a
tener un entrenador que entrenaba tres horas por la mañana y tres por la
tarde!
JOSÉ MOURINHO
Lo expuesto nos deja ver a todos las enormes incoherencias y confusiones conceptuales
y metodológicas. Es conveniente aclarar por lo tanto cómo Mourinho,
que lidia con densidades competitivas aparentemente sobrehumanas, consigue
mantenerse en todos los frentes jugando para ganar a lo largo de una temporada
deportiva.
Hay que advertir que Mourinho juega partidos casi siempre cada tres días, y que
por la altura en que escribimos estas líneas -mediados de Abril-, sus jugadores ya
han disputado 52 partidos oficiales. Para no hablar de los parones del campeonato
que podía aprovechar para recuperar al equipo, pero ve su equipo reducido a
tres, cuatro o cinco jugadores debido a los compromisos de selecciones nacionales.
¡Me dan ganas de reír cuando oigo a algunas personas hablar de cansancio...
Mis jugadores ya han jugado 52 partidos oficiales esta temporada!
JOSÉ MOURINHO
FATIGA “MENTAL-EMOCIONAL” Y FATIGA “FÍSICA”
Es necesario comenzar por comprender que la problemática de la recuperación
debe ser ecuacionada desde dos planos diferenciables en términos de análisis,


MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
PARTE II – UNA REALIDAD CONCEPTO-METODOLÓGICA TRANSGRESORA
aunque éstes apenas existan en total conexión e interdependencia: el plano “mental-
emocional” y el plano “físico”.
Seguramente no provocamos sorpresa al afirmar que la fatiga no se manifiesta
apenas “físicamente”, pues con toda certeza, todos ya hemos tenido, por ejemlo,
un terrible dolor de cabeza al leer algo complejo que exigía total concentración.
Lo que puede constituir sorpresa es el cuanto la fatiga “mental-emocional” contribuye
para el desgaste implicado en el entrenar y en el jugar...
La fatiga más importante en el fútbol es la fatiga central y no la física.
Cualquier equipo profesional mínimamente entrenado, desde el punto de
vista energético, acaba por resistir, con mayor o menor dificultad, aquello
que es el juego. Ahora la fatiga central es aquella que resulta de la capacidad
de estar permanentemente concentrado y, por ejemplo, de reaccionar
inmediatamente y de forma coordinada ante la pérdida del balón.
En efecto, generalmente se le atribuye mucha importancia a la fatiga “física” -fatiga
periférica-, pero el grueso de nuestra preocupación debe incidir sobre la fatiga
“mental-emocional” -fatiga central, del sistema nervioso central-, resultante de la
necesaria concentración táctica decisional implicada en el entrenar y en el jugar.
De ahí que podamos designarla por fatiga táctica, en la medida en que tiene precisamente
que ver con la incapacidad de los jugadores para concentrarse por estar
cansados de hacerlo.
Una de las cosas que hacen que el entrenamiento sea más intenso - cuando
se habla de intensidad se habla normalmente en desgaste energéticoes
la concentración decisional exigida. Por ejemplo, correr por correr
implica un desgaste energético natural, pero la complejidad del ejercicio
es nula y, como tal, el desgaste a nivel emocional tiende a ser nulo también.
Ya las situaciones, complejas, en las que se basa el crecimiento de la
organización de juego, exigen a los jugadores requisitos tácticos, técnicos,
psicológicos y físicos. Es eso que representa la complejidad del ejercicio y
conduce a una concentración mayor.
ES NORMAL QUE OIGAMOS DECIR “AQUÉL JUGADOR ESTÁ CANSADO
Y ES POR ESO QUE NO SUELTA EL BALÓN”. ¿PERO CÓMO PUEDE
ESTAR CANSADO SI SE HARTA DE CORRER CON EL BALÓN? ESTÁ
SIMPLEMENTE CANSADO DE CONCENTRARSE Y DE DOSIFICAR EL
ESFUERZO Y ESO LO LLEVA A LA PÉRDIDA DE ORGANIZACIÓN.
Reténgase así, que la intensidad sólo es posible de ser caracterizada cuando se la
asocia a la concentración decisional y ésta es tanto más exigente cuanto más
variables tenga que articular. Esto quiere decir que puede ser mucho más intenso
un ejercicio poco veloz, pero que implica una articulación determinada, que otro
más veloz pero menos complejo. Cuanto más complejos sean los desempeños
vivenciados en los entrenamientos o manifestados en la competición, más desgastantes
son. Por la concentración que exigen, son los que presuponen una mayor
intensidad.
Cuando hablamos de intensidad, hablamos de intensidad de concentración,
porque jugar es, fundamentalmente, pensar, y pensar exige concentración.
Y, si hablamos de un juego de calidad, hablamos en pensar teniendo
en cuenta un referente colectivo -determinados principios del juego- y
eso exige aún más concentración. No es por eso de extrañar que la fatiga
táctica surja antes que la fatiga “física”.
RUI FARIA


LA IMPORTANCIA DE LOS HÁBITOS
El jugar de Mourinho, como cualquier idea de juego que se paute por una organización
colectiva elaborada, y su operacionalización, por la concentración que exigen,
presuponen un gran desgaste “mental-emocional” y, en esta medida, elevada
fatiga táctica. Todavía, Mourinho sabe que el entrenar en específicidad lleva a
que las exigencias de concentración implícitas en su forma de jugar pasen a ser
menores. ¿Por qué? Porque el hábito se traduce en economía neurobiológica.
Como la esfera fundamental del saber hacer es del dominio no consciente y el
hábito es un saber hacer que se adquiere en la acción, el entrenar -el aprendizaje
por la repetición- es un proceso de construcción del ser capaz de jugar en que el
saber adquirido es dominantemente patrimonio del no consciente. Si es así, el
hábito lleva a que la solicitud más compleja de la tríada córtex-cuerpo-acción
quede más salvaguardada, disminuyendo significativamente el esfuerzo neurobiológico.
Por tanto, partiendo del hecho de que, durante un partido, las exigencias de concentración
decisional se derivan tanto de la necesaria atención simultánea a un
conjunto de referencias colectivas -la organización de juego del equipo es algo
que emerge del respeto sistemático por un conjunto de principios- como de la
necesaria constante adaptación frente a la variabilidad e imprevisibilidad de las
situaciones de juego, el hábito lleva a que la atención decisional se circunscriba,
fundamentalmente, al ecuacionar de los matices particulares de cada situación, es
decir, a la gestión del instante, del aquí y ahora.
AL LEER UN LIBRO, AL CABO DE UNA HORA TENEMOS QUE DESCANSAR,
PERO, SI NO ESTAMOS ACOSTUMBRADOS A LEER, NOS




MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
PUENTES PARA LA SOSTENIBILIDAD
CIENTÍFICA DE UNA METODOLOGÍA SUBVERSIVA
Fue casi una constante a lo largo de la elaboración de este libro el sentimiento de afinidad
con diversas áreas de la ciencia. Si el propósito fuese justificar la sostenibilidad
científica de la metodología de entrenamiento de Mourinho, creemos que podrían ser
muchos los puntos de partida.
Hagamos por ello un paseo por un conjunto de conceptos clave que pueden perfectamente
servir de puente hacia una inteligibilidad más científica de una metodología de
entrenamiento subversiva, incluso perturbadora, ¡que funciona! Lo hacemos sin cualquier
pretensión de agotar la aclaración, o de dar una lección. Queremos apenas intensificar
el apetito de los lectores más voraces.
Para eso, nos dimos la libertad de utilizar algunas ideas de autores que, durante la elaboración
de este libro, se convirtieron en una especie de muleta científica. António
Damásio, Benoît Mandelbrot, R. Stacey, Paulo Cunha e Silva, Henri Laborit, Pierre
Jacob, Gilles Lafargue, Alain Berthoz e incluso Filipe Pereirinha o Gonçalves Ferreira
se convirtieron en nuestros compañeros de viaje.
Todos tenemos conciencia de que estamos a diario colocados ante innumerables situaciones
en las que tenemos que escoger. De hecho, decidir lo que hacer es un problema
casi constante en nuestro cotidiano. Así es en la vida, y así es en juego, donde, en cualquier
acción, el primer problema que se le plantea al jugador es siempre de naturaleza
táctica: “¿qué hago aquí y ahora?”.
En este contexto, también es común que se acepte que nuestra capacidad de deliberar
y de ejercer control consciente sobre nuestras elecciones y acciones es lo que nos distingue
de los demás animales.
El gran problema es que el modo de pensar subyacente a los dos párrafos anteriores no
coincide ajustadamente con lo que hoy se sabe sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.
Puede, por ello , constituir una sorpresa el hecho de que, en muchos contextos de nuestra
vida, las tomas de decisión sean no conscientes. ¿Cuántas veces nos ponemos a pensar
que nuestro comportamiento, en el calor del momento, no fue el que queríamos
haber tenido? Muchísimas, seguro.



9
PARTE III – ACENTUAR LA TRANSGRESIÓN
De hecho, la pregunta “¿lo qué hago aquí y ahora?” mencionada anteriormente,
es, muchas veces, en relación al dominio del jugar, una pregunta no consciente,
con respuesta dominantemente no consciente.
Socorrámonos del texto “Las intenciones inconscientes”6, donde, en debate, el
filósofo Pierre Jacob y el neurocientífico Gilles Lafargue aclaran el nacimiento de
las intenciones en el cerebro e intentan precisar las condiciones en que se toma
conciencia de ellas. Según los autores, una intención7 es una representación mental
muy especial: representa apenas lo que es posible; implica obligatoriamente el
agente en la preparación de la acción; y puede ser, muchas veces, no consciente.
Efectivamente, para ellos, mientras que algunas intenciones son el resultado de
una deliberación consciente anterior a la acción, otras nacen en el calor de la
acción sin que sean siempre premeditadas. Es decir, deben distinguirse dos tipos
de intenciones: las intenciones previas, conscientes, y las intenciones en el acto,
muchas veces no conscientes.
El hecho de que muchas veces la conciencia llegue después de la intención - en
muchas situaciones no es ella la que comanda la intención - nos ayuda a entender
mejor, por ejemplo, el porqué de que un jugador habituado a “jugar por dentro”
tenga extrema dificultad en “jugar por fuera” en un partido en que el entrenador
se lo pidió, por tanto,en un partido en que él tomó conciencia de una nueva función
a desempeñar.
El problema es éste: muchas de las tomas de decisión del jugador, en el calor de
la acción, no son premeditadas, conscientes. El jugador no se pregunta “¿qué hago
aquí y ahora?”: simplemente lo hace. Y lo hace en función de algo: de hábitos
adquiridos, lo mismo será decir, saberes remitidos hacia el no consciente.
De aquí emana la grandiosa importancia del entrenar cuando visualizado en la
perspectiva según la metodología de entrenamiento de José Mourinho. ¡Porque el
hábito es una saber hacer que se adquiere en la acción! Entrenar en especificidad y
tener en la repetición sistemática el soporte de la viabilidad de la adquisición de sus
principios de juego le permite promover el aparecimiento, en el seno de su equipo,
de intenciones en el acto en conformidad con las intenciones previas.
Creemos que es posible afirmar que, con su metodología, la periodización táctica,
Mourinho intenta que los jugadores adquieran un conjunto de intenciones previas
- representaciones mentales - relativas a una forma de jugar específica y después,
en los ejercicios, promover la aparición de intenciones en el acto adecuadas
a las intenciones previas, siendo su intervención fundamental en el sentido de disminuir
las discrepancias entre las mismas.
También nos parece que queda aquí evidente cuánto cuesta alterar comportamientos
y cuánto depende el aprendizaje de la metodología que rije el proceso de entrenamiento.
Quizás encontremos ahora aún más claras las palabras de José Mourinho:


MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
La mayoría de los entrenadores no puede decir que necesitan del tiempo
que dicen ser necesario para tener éxito en un equipo. Esa es la mayor
mentira del fútbol, que únicamente les sirve para protegerse. Es decir, a lo
mejor incluso lo necesitan… porque se pierde tiempo con cuestiones que
no son la organización de juego.
En cierto momento del artículo que aquí reflexionamos, uno de los autores hace
una conexión con nuestro comportamiento social:
[…] nuestra responsabilidad es la de formar intenciones previas en conformidad
con las reglas sociales y darles bastante consistencia para que estén en posición de
dominar las intenciones en el acto.
La responsabilidad del entrenador está en… ¡Precisamente!.
Creemos poder afirmar también que, en el entrenamiento, el jugador debe ser libre
para actuar sin actuar libremente. ¿Es esto paradójico? Sólo aparentemente. Debe
ser libre para actuar porque para el aquí y ahora no existe ecuación. No actúa
libremente porque sus intenciones deben tener como telón de fondo el jugar que
se pretende.
Fruto de la discusión entre los varios participantes del artículo, uno de los autores,
a modo de resumen, hace un acreciento sobre el papel de la conciencia en el proceso.
Según él, las intenciones previas son premeditadas y las intenciones en el acto
pueden ser muchas veces no conscientes; en cuanto a la conciencia, es más un
medio de apropiarnos de nuestros actos que un iniciador de la acción.
Si así es, la preocupación de evolución concomitante del saber hacer y del saber
sobre ese saber hacer que la periodización táctica evidencia permitirá constantes
auto-feedbacks positivos en los jugadores, o incluso, más ajustadamente, feedforwards,
con todas las implicaciones positivas que eso acarrea.
Analicemos también un mecanismo de nuestro cerebro referenciado por los autores.
Cuando se realiza un acto voluntario, el cerebro produce una copia de eferencia que
predice instantáneamente los efectos de la acción. Este fenómeno crea en el agente
de un acto voluntario la idea de un lazo de causalidad entre una intención y un efecto.
Como nos dicen los autores, la aproximación entre la conciencia de la causa y la
percepción del efecto es un instrumento privilegiado para el individuo que tiene en
cuenta los acontecimientos de los que es autor y de los que no es autor.
Es la noción de ser agente (o sujeto) la que aquí está en juego, es decir, la manera
como el yo se constituye en la acción (el sentido del yo en la acción), y ésta es
fundamental en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje - como lo es el entrenamiento
para José Mourinho. ¿Por qué? Porque, además de una simple repetición,
el proceso de aprendizaje necesita una intencionalidad en las acciones -
imbricada en una emotividad - que lo haga ser verdaderamente educativo. Por lo
tanto, cuando el agente toma conciencia de su intención en el acto, a través de la

PARTE III – ACENTUAR LA TRANSGRESIÓN
MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?
Copyright: Luís Vieira/ Record/ Gradiva-Publicações, Lda.
MOURINHO – ¿POR QUÉ TANTAS VICTORIAS?

No hay comentarios: