Con mucha emoción los tres hermanos esperaban en la terminal a sus padres que regresaban de un largo viaje.
Antes de partir cada uno de ellos había pensado en un regalo, que los padres prometieron traer de regreso
Martín de 14 años pidió una camiseta de Messi, Joaquín de 12 otra de Ronaldinho, no era una coincidencia dichas peticiones pues datan de una familia futbolera, el padre de ellos en su juventud paso por los grandes e incluso por la Selección Nacional.
Cristian el más chico de 6 tenía pensado un juguete, un tren, no quizás un peluche o un auto a control remoto, ó un libro para colorear, nada de ropa eso sí- los niños ven los regalos así, siempre lo relacionan con un juguete- sin embargo al escuchar la peticiones de sus hermanos se suma a la idea para no quedar como un niño y a contramano de sus sentimientos para no sentirse avergonzado, pide una camiseta, tuvo que improvisar su craks y como había sentido en su clase de ingles a Owen, fue lo que expresó, ¡una de Owen!.
Al llegar el ómnibus y con mucha emoción reciben a sus padres, suben al auto y se dirigen a la casa.
Comienza allí el reparto de los regalos, pero como sucede siempre los talles no son los adecuados y el hermano mayor que había esperado un eternidad para verse con la camiseta de Messi se queda sin ella, pues le quedó extremadamente ajustada, aún así la quería aunque sea para colgarla en el cuarto a la suma de sus trofeos, pero la negativa de sus padres fue contundente, una camiseta es para usarla, así el más chico que soñó con trenes, libros para colorear, lápices de colores etc., se queda con dos la de Messi y la de Owen.
El enojo y los reproches del hermano mayor se hicieron sentir con gritos e insultos, que comenzó con sus padres y terminó con su hermano menor cuando lo ve con la camiseta puesta, aquella que el había soñado e imaginado haciendo jugadas fenomenales.
Se acerca a él y le dice y tú porqué pediste una camiseta si ni sabes jugar, no sabes ni pegarle a la pelota, más aún en la escuela ni te eligen para jugar porque la pasas tocando como una nenita con la mano, ¡al fútbol se juega con los pies exclamaba con tono de burla!, estoy seguro que ni sabes quien es Messi culminó.
-La descarga de la ira muchas veces recae en los seres más frágiles pues ellos no saben responder, por más que sientan esa respuesta con total certeza en su corazón, y el único modo de expresión son las lágrimas y el llanto-.
Corriendo se alejo su hermano a su cuarto y se lanzó en la cama con lágrimas de dolor, pues si bien intuía que su hermano no quiso herirlo, sino mas bien estaba enojado por la camiseta, sabía que aquello que él había expresado era todo verdad, el no jugaba como sus amigos, le interesaban otras cosas, le atrapaba más un sapo una araña un cascarudo, pintar, colorear, buscar bichitos de luz, que la propia pelota, también era verdad que no lo tomaban en cuenta y que siempre lo comparaban con sus hermanos que eran unos fenómenos jugando al fútbol, humillándolo y relegándolo en muchas situaciones, el llanto de frustración de no poder ser, de no colmar las expectativas ni de sus hermanos ni de sus padres era un gemido del alma clamando porqué..porqué, surgía una especie de culpa por ser así, de todo esto hablaban las lágrimas de Cristian, cansado de llorar a solas se quedó dormido.
Es el domingo de mañana y todo el caos que había ocasionado la confusión de las camisetas, queda a un lado pues hoy juega la selección y en ella juega Martín el hermano mayor.
Es la final y todos emocionados se preparan para el gran evento.
El estadio lleno como estaba previsto, el transcurso del partido fue parejo a tal punto que se define por penales, la emoción, los cánticos favorecían al cuadro locatario, hasta el cuarto penal fue parejo, el quinto lo tira el equipo visitante y lo convierte y es el turno del equipo locatario y Martín el hermano mayor, el craks del equipo tiene esa responsabilidad, hecho que genera tensión y temor y que es fingido muchas veces bajo una fachada de un gesto de valentía, un gran silencio acompaña la definición y luego de una larga carrera el tiro sale hacia arriba errando el arco.
La falla para un puñado de hinchas perdidos en la multitud es convertido en un festejo incontrolable, mientras que luego de unos instantes de un mutismo masivo, se irrumpe con reproches, insultos, culpas a los jueces que se retiraban rápidamente de la cancha, todos estaban sumergidos en una especie de hipnosis de ira excepto Cristian, que buscaba con su mirada a su hermano dentro de la cancha, luego de unos minutos lo localiza de rodillas en una postura de derrota, conmoción y llanto, realidad que él podía comprender e identificar dentro de sí, como un momento sufrido y quien hoy estaba padeciéndolo, había sido horas antes la causa de dicho dolor.
Corre hacia el derrotado, poseído por la anestesia de los recuerdos, los resentimientos, la culpa y la venganza que emergen de aquel que puede sentir amor en su corazón, sentimiento que esfuma las cosas ínfimas de la vida y a la hora de consolar actúa a contramano de todos nuestros criterios razones y modos de actuar.
Allí como si fuera un acontecimiento aislado de la realidad existente, se aproxima el hermanito que con un movimiento suave y delicado peina con caricias sublimes la cabeza de su hermano, sin palabras y bajo un manto de silencio el que había sido herido de forma cruel, el que había sido desvalorizado, subestimado como una especie de tonto, maltratado con burlas que penetran en lo mas profundo de nuestras almas, a pesar de todo estaba allí. Las palabras no pueden expresar sentimientos de tal magnitud, ambos en los más íntimos de sus entrañas lo sabían.
Ya no era solo una mano que acariciaba su cabeza, eran dos, ya no eran dos manos, eran besos, mientras que el derrotado poseído por el mismo dolor que horas antes había quizás, sin tomar conciencia de su magnitud había provocado, mientras todo el entorno continuaba con su algarabía y emociones de los festejos de la victoria en aquel metro cuadrado sucedía lo mas glorioso, célebre y majestuoso, la manifestación del amor.
Luego de unos instantes se rompe el silencio con las palabras más dulces jamás dichas y con la técnica pedagógica exacta, cual si fuera un disparo al ángulo preciso a la llaga del dolor, el hermanito expresa” no te pongas triste, lo estuve pensando y cuando lleguemos a casa te voy a regalar la camiseta de Messi después de todo a mi no me gusta el fútbol,¿cuándo la voy a usar? Dichas expresiones fueron de tal magnitud y de tanto sentir que su hermano levanta los ojos y dice perdóname tu no eres un tónto tu eres mi hermano, mi gran hermano.
Toda la tragedia se esfumo de allí, allí estaba ocurriendo otro acontecimiento, momentos eternos y perennes que le dan sentido a la vida y un rumbo nuevo a las situaciones que por valores estipulados nos imponen como valiosas y reales.
Tomo Joaquín a su hermano y lo subió a los hombros y cual si fuera el mejor gol gritó este es mi hermano y así se fueron de la cancha.
Toda la pedagogía y el conocimiento es solo un granito de arena en un médano, cuando hay amor la pedagogía surge como un proceso alquímico que esfuma en un instante una instancia de dolor.
De esto surge no solo de lo que uno sabe y aplica sino de lo que uno siente y comprende, esa acción pura y espontánea es muchas veces sustituida y atomizada por conceptos, frases hechas, modos de actuar, modas pedagógicas que suenan como palabras huecas y vacías que ante la grandeza de la expresión inocente de un niño quedan en la nada.
Años más tarde transitando el hermano mayor la facultad y siendo el cumpleaños de Cristian este le escribe una carta recordando el incidente.
“ ahora veo las situaciones del pasado con mayor claridad, muchas veces quizás te condené por tus virtudes, ahora se que eso es una reacción inmadura pues he comprendido que dios nos da los mismos dones a todos, y cada uno de nosotros lo usamos acorde a nuestras potencialidades, gustos e inclinaciones el gran error es encasillar esos dones naturales en los valores estipulados que encapsulamos acorde a nuestras creencias, cambiando así el rumbo natural de nuestras capacidades únicas, esto es tan nocivo como cambiar el cursos de los mares, desmantelar sin criterios los montes del amazona, encerrar en jaulas a los animales en los zoológicos o domarlos en los circos para que nosotros pasemos un rato bien.
Tus palabras y tu proceder en aquel entonces fueron tan preciso como un pase de Messi y tan certero como un tiro de Maradona y con tanta habilidad y destreza como las mejores jugadas de Ronaldinho, por eso hermanito mío en tus diez años cree en ti... JUEGA TU PROPIO JUEGO, juega el juego de la vida
Autor Fernando Henig
1 comentario:
Querido Chelo:
me encanto el cuento.. y mas aún tus reflexiones...
Como siempre... tu riqueza profesional agrega a nuestras vidas rios de pensares y discusiones internas.
Mi mas grata lectura en la mañana del primer dia de marzo...
LILI
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