Daniel Sanchís: “La creencia de que por cada centímetro de rotura se necesita una semana más de recuperación es un mito”.
¿Cómo hay que actuar ante una rotura fibrilar? ¿Cómo deben tratarse? ¿Son útiles los factores de crecimiento? ¿Qué medidas preventivas se pueden adoptar?
A todas estas preguntas, y algunas más, nos responde el fisioterapeuta Daniel Sanchís, profesor de Fisioterapia Deportiva en las Universidades de Barcelona y Valencia. Introductor del concepto CORE en España, Sanchís ha trabajado durante siete años en equipos de baloncesto profesionales. (Audio de la entrevista radiofónica en catalán)
Pregunta.- ¿Cuál es el protocolo a seguir cuando un deportista siente que ha sufrido una rotura fibrilar, como por ejemplo un repentino pinchazo en el muslo o la típica ‘pedrada’ en el gemelo?
Daniel Sanchís.- Lo primero que tenemos que hacer es parar la actividad deportiva. Retirar al deportista de su actividad y aplicar hielo para reducir el riesgo de complicaciones posteriores. Y a partir de ahí se valorará el grado de lesión y se hará el diagnóstico con calma. Pero lo primero de todo es parar y poner hielo.
P.- ¿Cuando el deportista lesionado se pone en manos de un fisioterapeuta en qué debe consistir el tratamiento de recuperación?
D.S.- El trabajo del fisioterapeuta se basa en hacer el seguimiento de esta ruptura, controlando y reconduciendo todo el proceso de recuperación del tejido dañado. Este tejido cursará con una cicatrización que durará un cierto tiempo. La labor del fisioterapeuta es ir controlando que el proceso de cicatrización vaya por el buen camino; que el tejido formado de la cicatriz sea mecánicamente correcto para que no cause problemas ‘a posteriori’. Los tratamientos se van adaptando en función del tiempo transcurrido desde que se ha producido la lesión. Hay que tener presente que el proceso de recuperación empieza en el momento que se produce la lesión; por eso paramos y ponemos hielo, pero a partir de ese instante el organismo ya pone en marcha unos mecanismos de reparación. Lo que hacemos los ‘fisios’ es favorecer o dar facilidad a esta curación. La gran suerte es que conocemos lo que ocurre en el organismo día a día. Por ejemplo, hasta transcurridas 72 horas sabemos que hay una reacción inflamatoria que se debe controlar. A partir de las 72 horas, y a lo largo de una semana o diez días, se produce un proceso de sellado muy lento de la herida que aún no se considera cicatriz propiamente dicha. A los 15 días tenemos ya lo que se considera una cicatriz, pero aún es muy blandita y sumamente débil. Hasta los 21 días no encontramos una cicatriz capaz ya de tolerar algunos esfuerzos y ciertas tracciones. En base a este proceso natural de reparación vamos adaptando nuestras técnicas y protocolos.
“Una rotura fibrilar de más de 3 cm requiere un mínimo de 5 semanas de recuperación”.
P.- ¿Es cierto que por cada centímetro de longitud de la herida implica una semana más recuperación? ¿O se trata de una falacia?
D.S.- Es un mito. Se decía antiguamente, pero no es verdad. Sí es cierto que por debajo de los 2 o 3 centímetros de rotura prácticamente no se considera rotura fibrilar, sino que se estima microrrotura y en estos casos los tiempos de descanso -o de baja deportiva- sí se reducen casi a la mitad y se pueden curar en dos o tres semanas. Pero por encima de los 3 centímetros ya se trata de una rotura fibrilar propiamente dicha y en este caso un proceso de recuperación, completo y bien hecho, no dura menos de cinco semanas. Todo lo que sea recortar este tiempo y avanzar el retorno a la actividad es poner en peligro la recuperación.
“Los factores de crecimiento permiten una mejor y más rápida cicatrización”.
Factores de crecimiento o Plasma Rico en Plaquetas (PRP)
P.- La fisioterapia está avanzando a marchas forzadas y cada vez salen nuevas técnicas como, por ejemplo, el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) conocido popularmente como ‘factores de crecimiento’. ¿Se trata de un tratamiento que puede ayudar a curar una rotura fibrilar?
D.S.- Por suerte, la tecnología y los conocimientos evolucionan y actualmente dentro del mundo de la fisioterapia disponemos de técnicas que antes no teníamos como es la diatermia profunda (Indiba) y otras técnicas nuevas que van apareciendo. La medicina, por su parte, también va implantando nuevos tratamientos. Los ‘growing factors’ (factores de crecimiento) o PRP, desde mi punto de vista suponen una herramienta bastante poderosa, sobre todo en las fases agudas de la lesión. Permite que la cicatrización sea mucho mejor, mucho más rápida y nos asegura el proceso. En situaciones más cronificadas, su eficacia está más discutida. Pero si un deportista se lesiona y se tiene la suerte de poder empezar a tratarlo con PRP a las 48 horas del suceso, con toda probabilidad será una garantía de que esa cicatriz funcione después mucho mejor.
“La EPI tiene cada vez más aceptación, pero le falta una mayor evidencia científica”.
P.- ¿Y qué opina de la técnica conocida como EPI (Electrólisis Percutánea Intratisular)? Algunos equipos de fútbol de Primera División, como el Atlético de Madrid, la aplican en sus jugadores cuando se ‘rompen’ y aseguran obtener muy buenas cicatrizaciones y acortar los plazos de recuperación.
D.S.- La EPI es una técnica relativamente moderna que está teniendo una gran aceptación e implantación dentro del mundo de la fisioterapia y no solo a nivel deportivo. Sin embargo, crea un poco de controversia porque se trata de una técnica invasiva. En principio, los fisioterapeutas no podemos pinchar por competencias legales. Y la EPI consiste en pinchar. No se inyecta ninguna sustancia medicamentosa ni ninguna sustancia nociva. Simplemente se introduce una aguja en el cuerpo, en la parte a tratar, y ya está. Pero existe un limbo o vacío legal y, según como se interpreta la ley, algunos colegios autonómicos aprueban su práctica porque la consideran dentro de la legalidad, pero otros no lo entienden así. Sin embargo, es una técnica que cada vez tiene mayor aceptación porque dicen que da muy buenos resultados. Otro problema es que falta evidencia científica. Empieza a haber algunos artículos publicados, pero aún falta un poco más de conocimiento y mucha más evidencia. En definitiva, falta más seguridad a la hora de hacer este tratamiento. Por eso, todavía algunos ‘fisios’ se resisten a ponerla en práctica y dicen: “cuidado, pensémoslo antes de hacerlo”, mientras que otros no tienen dudas de que funciona y la aplican sin recelos.
P.- ¿Es cierto que lesionarse dos o más veces en el mismo lugar, conlleva que las fibras queden ya para siempre afectadas; que por tanto el músculo deje de funcionar al cien por cien y exista más riesgos de recaída? ¿Cómo por ejemplo se dice de Leo Messi, que ha sufrido varias roturas en los isquiotibiales?
D.S.- Eso sí es real. Hay que pensar que cuando se produce una primera cicatriz se trata de un tejido que pierde potencia, pierde capacidad contráctil y el epitelio que se forma ya no es al cien por cien como el de antes. Al ‘fisio’ lo que le interesa y busca en sus tratamientos es que forme una cicatriz elástica y flexible, que no se pegue a otros tejidos. Es decir, que no forme adherencias. Si uno se vuelve a romper por el mismo sitio, pues seguramente la rotura será mayor y se perderá aún más capacidad contráctil y lo más probable es que la cicatriz no tenga las mismas propiedades mecánicas. El músculo quedará afectado. En deportes de alta competición o de élite que requieren estar al cien por cien, el deportista lo nota.
P.- He ahí la importancia de no tener prisa y cumplir estrictamente las cinco semanas establecidas de recuperación…
D.S.- Cinco semanas y el tiempo que haga falta. Hay zonas del cuerpo donde se presentan problemas asociados y las lesiones pueden alargarse mucho. Por eso es importante llevar un control ecográfico de la evolución de la cicatriz.
P.- ¿Las recuperaciones pueden ser más o menos complicadas según cuál sea el músculo que ha sufrido la rotura fibrilar?
D.S.- Sí, hay músculos que dan más complicaciones asociadas que otros. Por ejemplo, el gemelo o tríceps sural produce una lesión que se llama ‘tennis leg’ que da muchísimos problemas y nos puede llevar tranquilamente a los 3 o 4 meses de recuperación. El recto anterior también suele dar dificultades. Tiene una rotura muy típica denominada el ‘síndrome del hachazo’ (aparece como un corte en el muslo) que rompe el músculo totalmente. Los isquiotibiales dan unas cicatrices muy fibrosas que cuesta mucho reconducirlas y tienen una recurrencia (tendencia a la recaídas) muy elevada. Sin duda, hay zonas corporales donde hay que prestarles un mayor cuidado.
“Aplicar el sentido común es la mejor medida preventiva para evitar lesiones”.
P.- ¿Cuáles son los factores de riesgo para sufrir un tirón muscular y qué medidas preventivas se pueden adoptar?
D.S.- Los factores que influyen para sufrir una rotura fibrilar son la carga y volumen de entrenamiento. Si un deportista va muy sobrecargado de trabajo, tiene más riesgo. Eso, por descontado, está relacionado con el descanso. Un deportista debe tener sus periodos de trabajo, sus periodos de carga máxima, sus épocas de descanso y dejar que su propio cuerpo regenere todo el desgaste sufrido durante el ejercicio.
Los factores nutricionales y de hidratación también son importantes. La nutrición juega un papel muy importante en la musculatura y en el rendimiento de esta musculatura. También intervienen factores psicológicos. Está comprobado que el estrés altera patrones motrices, modificando situaciones de control.
Son muchos los factores que afectan al buen rendimiento del músculo y controlarlos todos a veces es muy difícil. Sobre lo que hay que hacer y qué no, la propia lógica lo indica. Un buen calentamiento; buena progresión de las cargas de entrenamiento, respetar los periodos de descanso; mantener una buena hidratación, realizar los estiramientos adecuados… Es complejo porque intervienen muchos factores y controlarlos todos es complicado, pero el sentido común a menudo te lleva por el buen camino.
“El trabajo muscular excéntrico previene lesiones tanto de tipo muscular como tendinoso”.
P.- ¿Existe algún ejercicio especifico de prevención?
D.S.- El trabajo muscular excéntrico se ha revelado como un trabajo que previene lesiones tanto de tipo muscular como tendinoso e introducir este tipo de ejercicios en el entrenamiento es muy bueno para prevenir roturas fibrilares y otro tipo de dolencias.
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