Gimnasia en el shoping

10 años del programa para la tercera edad “Los Uno”

Martes, jueves y sábados de mañana, el paisaje del mall cambia. Desde temprano, adultos enfundados en ropa de gimnasia, con remeras con el logo de la gaviota y, en grandes letras, “Los 1”, el nombre del club para la tercera edad, se saludan y van buscando su lugar en el hall donde se dictan las clases de gimnasia gratuitas.

Rodrigo Ferreiro, gerente de Marketing de Montevideo Shopping, explicó a LA REPúBLICA que siempre se ha mantenido perfil bajo con respecto a este programa porque desde su nacimiento ha sido una acción de responsabilidad social del mall, sin fines comerciales. “Es un espacio donde se pueden integrar adultos mayores, que sabemos cuánto peso tienen en nuestra sociedad; activarlos, darles charlas, lecturas, espacios de actividad”, comenta con entusiasmo.

Cuando le preguntamos cómo surgió, explica que es un proyecto de Alicia D´Agosto, “el alma de los 1”, y que la iniciativa contó desde el inicio con el apoyo del shopping. Para el centro comercial es un programa especial, con el que están comprometidos. Cuenta “lo estimulante que es ver a “los 1” trabajando en otros proyectos sociales, como Un TechoÉ, o la Campaña del Abrigo, codo a codo con la gente joven, descubriéndose unos y otros en ese espacio de solidaridad. Son los comunicadores en su núcleo familiar, son como nuestros voceros”.

Mario Lissardy es el profesor. Nos sentamos a charlar con él unos minutos antes de la clase; todos los que pasan saludan, hacen un comentario, o le dan una palmada en el hombro.

¿Cómo es la experiencia de trabajar con gente de la tercera edad?
Hay un consenso de que después de los sesenta hay que caminar una hora y media por semana, a buen ritmo, para hacer un mantenimiento básico. No es que la caminata inhiba de contraer enfermedades, no. Pero el individuo tiende a vivir más equilibradamenteÉ Lo de mente, cuerpo y alma es verdad. Hacemos ejercicios para la movilidad articular, no muchos de fuerza, pero elongación, músculos, incentivación, que lleguen a que el corazón alcance a las cien pulsaciones, y mover esas articulaciones que no movemos normalmente. No hemos tenido lesiones pero no arriesgamos, es gimnasia suave.

Trabaja con adolescentes y adultos mayores, ¿cómo se mueve entre esos extremos?
Se les llega de distinta forma. En el liceo -estoy en uno conflictivo, de aluvión, porque vienen de muchos barrios- el desafío es lindo. Todo el mundo habla de la inseguridad y de la educación. Es un sector de la población que antes no accedía a la enseñanza; se habla con los padres, lo que le pasa al gurí. Pero la problemática está. Acá es incentivante, es dulce. El vínculo es otro, el apoyo, total. La gerenta de marketing inicial, Marta Penadés, a los tres meses teníamos diez, quince personas, no crecía, y ella decía: “dales tiempo”. Sabía que para gestionar hay un proceso de crecimiento y tal cual, se consolidó de tal forma que quedamos contentísimos. Yo estaba trabajando en Bohemios, Alicia fue buscando profesor, y yo pensé que sería una zafra, nomás, en la marcha me convencí.

Alicia D´Agosto: coordinadora del programa  nos dice: “Pensamos en un programa de afinidad como hay en tantos países, que debía tener un desarrollador, porque los productos pueden ser buenos pero quedan en eso. Tenía que ser gratuito, de fácil accesibilidad, en un país como el nuestro, en que la vida no solo se ha prolongado en años sino en calidad de vida. Este programa tiene anclas, fortalezas muy destacadas: el único requisito para acceder es ser mayor de sesenta años”, cuenta a LA REPúBLICA.
El shopping abre dos horas antes para las clases, que se desarrollan en dos grupos por la enorme cantidad de inscriptos. El departamento de Marketing envía información bimensual con las actividades, sobre un calendario de eventos que se discute y elige en grupo, entre Alicia y los miembros del departamento. Todas las ideas se estudian: cultura, cuidado de la salud, lo lúdico, el deporte, y se eligen las mejores. Alicia cuenta que el programa actúa como un disparador de otras cosas: los participantes se han hecho amigos, comparten sus penas y sus alegrías, se juntan a jugar a las cartas. A pedido de los participantes se les han impartido clases de informática, para que puedan usar computadoras y acceder a otros medios. Un indicador de su importancia es la alta asistencia, incluso en invierno y con mal tiempo; cuando hace calor, todo el barrio los ve hacer gimnasia afuera y se interrelaciona con ellos. Y estar más integrados les cambia la interacción en general, los hace más abiertos, se acorta la brecha con los más jóvenes.
“Se relacionan con más facilidad, se divierten, opinan en conformidad con la gente joven, esa brecha entre las generaciones, el programa de afinidad de “Los 1” colaboró a que se acortase”.

Lo social y los adultos mayores
D´Agosto resalta la importancia de lo social para los adultos mayores: “Lo que más valoramos es cómo se han fortalecido los vínculos entre ellos, cómo se han hecho amigos, comparten tardes de cartas espontáneamente; hay una pareja que cuida a su nieto y lo traen y se alternan para participar de las clases. Han pasado diez años y se ha mantenido un ritmo de actividades, ese equilibrio entre lo emocional y lo físico es un hecho que resulta siempre, el adulto mayor debe tener estos espacios, en una sociedad como la nuestra, donde el adulto mayor incluso colaboraba con la educación de sus nietos”, en otros contextos.

Más beneficios para los “gimnastas”

Durante las clases, como colaboración con el programa, hay un paramédico destacado en el shopping y se provee de gaseosas light para que beban durante las caminatas. También las editoriales dan su apoyo, haciendo presentaciones de libros de autores nacionales, con la presencia de los autores en el mall. Con un tique de consumición muy económico tienen derecho en uno de los locales a asistir a las presentaciones, desfiles de moda y diseño, además de charlas de nutricionistas, proyecciones de ópera, ballet, conferencias.

Los usuarios comentan y expresan su alegría por estar. Gladys y Elma se conocieron e hicieron amigas haciendo gimnasia en el Parque Batlle, “detrás de la pista. Hace años que venimos acá, el profesor es encantador, la gimnasia preciosa. Salimos bien y es un momento de sociabilidad que tenemos. Nos informamos de lo que hay. Además nos quedamos a hacer las compras si tenemos que ir al súper o comprar un regalito; es como nuestra casa”.
Antonio: “Estoy en Uruguay desde hace casi sesenta años, me vine con mi esposa; España estaba muy difícil”. Se siente “un poco embromado de la cadera, la gimnasia es bárbara y la parte social también. Nos saludamos, hablamos, participo en las actividades. Siempre vengo”.
Mary, Irma, Magdalena y Marta, “la gimnasia es adecuada y el programa en general es súper positivo”. Están agradecidas al shopping por todas las actividades, porque “nos activan el cuerpo y la mente y permiten sociabilizar con otros compañeros”.