El problema no es lo que te pasa, sino como reaccionas tu frente a lo que te pasa.
No importa lo mucho o poco que hagas, sino "como" lo hagas.
No uses el presente para ninguna fin solo vívelo pues es lo único que existe.

jueves, 23 de septiembre de 2010

+Estructura básica de la carga de entrenamiento en el atletismo.

Estructura básica de la carga de entrenamiento en el atletismo.
Atletas cubanas de categoría internacional
en impulsión de la bala


* Docente del Instituto Superior de Cultura Física "Manuel Fajardo", La Habana
** Disertante Nivel I y II de la IAAF,
ha impartido cursos en Puerto Rico, Venezuela y Cuba.
Actualmente es Director Técnico de la Federación Cubana de Atletismo

Dr. Alfredo Herrera Corzo*
Lic. Justo M. Navarro Despaigne**
herreracorzo@bellsouth.net
(Cuba)


El objetivo fundamental es mostrar, de manera abreviada, la estructura básica del entrenamiento en la impulsión de la bala, aunque está estructura en los últimos años ya ha sufrido algunas perfecciones, su esencia se mantiene y solo a partir de ella consideramos factible adecuar el entrenamiento a las exigencias actuales. El surgimiento de está estructura fue consecuencia del perfeccionamiento del entrenamiento deportivo de los lanzadores en el atletismo, particularmente durante las décadas de los años 1970 y 1980, y veamos el por qué.

Entrenamiento es la forma objetiva de dosificar y planificar los ejercicios y medios especiales de la preparación del deportista para que en el cursar de varios meses de entrenamiento sistemático él esté apto física y técnicamente para repetir o superar sus mejores resultados en la competencia o competencias fundamental

Introducción

En las décadas de los años 1970 y 1980 la metodología del entrenamiento sufrió una profunda revolución en los aspectos científicos, técnicos, metodológicos y organizativos, debido en gran medida, a que las primeras potencias económicas y militares del planeta en su afán por demostrar las fortalezas tecnológicas y organizativas recurrieron a las competencias deportivas. Un momento trascendental lo constituyo el reto de los Juegos Olímpicos México '68, ya que al estar los escenarios de competencias situados a una altura superior a los 2.200 metros sobre el nivel del mar exigían una preparación deportiva de nuevo tipo, con alto rigor científico y metodológico, terminados estos Juegos quedaron los deseos y potencialidades que recalentaron la carrera por los altos rendimientos deportivos en las décadas de los años 1970 y 1980.

En lo organizativo se firmaron programas intergubernamentales con objetivos y tareas concretas, esto permitió hacer un mejor aprovechamiento de los recursos económicos y naturales de cada uno de los países miembros de los bloques políticos. Los programas incluían los intercambios deportivos, de información especializada, tecnología, técnicos y de científicos deportivos, en consecuencia se revolucionaron y perfeccionaron mundialmente los sistemas de entrenamiento.

Cuba, como país de la comunidad mundial y con un gran peso especifico en la política internacional no estuvo ajena a las transformaciones en los sistemas de preparación de sus deportistas y demuestra su metodología de entrenamiento ya consolidada, esto sucede en los primeros años de la década de 1970, ya que aunque en años anteriores, unos pocos deportistas cubanos se habían destacado en eventos deportivos internacionales, es en la década en la cual hicimos referencias se contacta la generalización de mejores formas de entrenamiento: En los Juegos Centroamericanos Panamá 1970, Cuba se apropia y consolida en el primer lugar por países con amplio margen de diferencia de medallas con el segundo lugar; Juegos Panamericanos Calí 1971 el deporte cubano ocupa por primera vez en la historia de estos juegos el segundo lugar por países y lo ha mantenido (primer lugar Estados Unidos de América); Juegos Olímpico Montreal 1976 ocupó el octavo lugar por países y desde entonces se ha mantenido entre los primeros países en Juegos Olímpicos.

La Revolución Mundial de la metodología y la técnica en el deporte elite se apoyo básicamente en el incremento de la carga física de trabajo, particularmente en la magnitud de cantidad, es decir el volumen; la cantidad de ejercicios y medios complementarios, la cantidad de repeticiones, la cantidad de kilómetros recorridos, la cantidad de horas de entrenamiento, la cantidad de sesiones de entrenamiento, etc. Entre los especialistas representativos de esta dirección encontramos los doctores M.A. Godik 1980, N.V. Platonov 1986 y otros, por ellos podemos hacer las comparaciones de los volúmenes de la carga entre los años 1960 y la de los inicios de los 1980, veamos, N.V. Platonov, escribe que finales de los años 1960 los corredores de distancias medias acumulaban anualmente un volumen entre 3000-5000 km y con 200 a 220 sesiones de entrenamiento y los corredores de distancias largas recorrían entre 4000-7000 km y la cantidad de sesiones de entrenamiento variaban entre 190-200 pero en los albores de los años 1980 la cantidad de kilómetros en los corredores de distancias medias se incremento hasta 6500-7500 y los de larga distancias 8500-9500 km, las sesiones de entrenamiento llegaron a 500 y 550 en los de distancias medias y 550 a 600 en distancias largas, en el orden porcentual, el incremento fue entre el 46 y el 73.%.

En otras disciplinas deportivas de más complejidad técnica también se apreciaron incrementos en el volumen de la carga, aunque en menos cuantía; por ejemplo en la natación del 50 al 55%, en el remo del 36 al 57%.

La tendencia en el incremento del volumen no es exclusiva de los deportes cíclicos, también se encuentra en los de velocidad fuerza, por ejemplo, en él levantamiento de pesas, deporte de fuerza rápida, en los finales de la década de los años 1960, los manuales de entrenamiento (A.N. Vorobiov 1967) recomendaban la realización de hasta 500 repeticiones en el mesociclo competitivo pero ya en los de finales de la década de los 1980 la cantidad de repeticiones se incremento hasta 1350 (A.N. Vorobiov 1988, R.A. Roman 1986 y otros) es decir, se incremento el volumen en el mesociclo competitivo en un 270 %, y para el mesociclo preparatorio la cantidad de repeticiones es sustancialmente superior cuando leemos que las recomendadas son de 2100 y más. En la cantidad de días de entrenamiento en la semana, en los años 1960 la norma era de tres días, pero en los años 1980 el promedio es de 5 y hasta los 7 días, con respecto a las sesiones de entrenamiento por semana, en los años 1980 la cantidad promedio recomendada para el mesociclo preparatorio es de 39 ±5 y en el competitivo de 26±4.

El incremento del volumen de la carga de entrenamiento para está época es justifica por la relación que existe entre el volumen de la carga y los rendimientos competitivos. Muchos fueron los trabajos publicados en los cuales se relacionaron los aumentos del volumen de la carga del entrenamiento con los incrementos en las marcas competitivas y uno de ellos es el modelo de preparación del nadador soviético, medallista en los XXI juegos Olímpicos A. Yuozaistis, quien establece estrecha relación entre las marcas y el volumen de Km. nadados. En sus memorias, señala que durante los años 1972-1973 el volumen de Km. nadados fue de 1576 km, y el mejor tiempo en la distancia de 100 m de 1.08,70 minutos y en los 200 metros 2.29,30 minutos; para el año 1975-1976 el volumen lo incremento en el 139.1% (2193 km) y el tiempo en los 100 metros mejoro considerablemente (1.04.23 minutos) y 200 metros ( 2.21,87 minutos). Resultados análogos los encontramos en los trabajos de la Doctora en Ciencias H. Bulgacova (1978), ella destaca que el volumen especial de la carga de los nadadores en el año 1961 era de aproximadamente 430 Km., pero para el año 1967, se incremento hasta 500 Km consecuentemente los tiempos de los nadadores se vieron mejorados, y para el año 1972 el volumen promedio de la carga se aumenta hasta los 1220 Km y en respuesta continuaron mejorando los rendimientos competitivos.

En otros países y deportes también apreciamos está tendencia, por ejemplo, los análisis de la carrera de maratón realizados por V. A. Franklin, M. T. Forgas, H.K. Hellerstein (1978) demuestran que entre el volumen semanal y los resultados hay alta correlación estadísticamente, y señalan modelos en los que para correr la distancia en los alrededores de 2 horas y 30 minutos el volumen semanal debe ser de 120 millas o más.

Estamos en condiciones para afirmar que entre los principales objetivos a lograr por los especialistas en el deporte elite de aquellas décadas, se encontraba las aplicaciones de medios, métodos y tecnología más agresivas para incrementar el volumen de la carga física de trabajo. Este objetivo tomó dimensión universal, y fue la causa principal por la cual se intensificara la aplicación de nuevos medios y métodos para ayudar la recuperación de los deportistas tomando para ello las fuentes de información que aportaban conocimientos sobre los descubrimientos científicos y metodológicos en las ciencias afines al entrenamiento deportivo, en especial las de perfil biológico, no excluimos los diferentes tipos de doping. El efecto no se hizo esperar y se reflejo de inmediato en incremento de los resultados competitivos.

La aplicación de los nuevos métodos y medios en el entrenamiento deportivo y el perfeccionamiento de los tradicionales hizo necesario establecer una forma más apropiada de clasificación de la cantidad de esfuerzo físico, dando paso al establecimiento de tres grupos fundamentales de ejercicios y medios con la propiedad de poder cuantificar la cantidad o volumen de la carga: 1) los ejercicios y medios para el perfeccionamiento de la técnica y desarrollo de las capacidades motoras especificas de los ejercicios competitivos, 2) los ejercicios y medios generales para el desarrollo de las capacidades motrices especiales para el deporte, 3) los ejercicios y medios en general que desarrollan las capacidades motoras y otras, básicas todas para el incremento del potencial de las manifestaciones de las capacidades motoras especiales.

En la impulsión de la bala entre los medios del primer grupo están los lanzamientos, tanto los realizados con la bala de peso oficial de competencia, como las ligeras y las pesadas; en el segundo grupo los lanzamientos generales con diversos objetos y pesos generalmente superiores al de la bala oficial de competencia, los ejercicios con las pesas ( arranque, las cuclillas y sus variantes, la fuerza acostado, fuerza parado, empuje de fuerza y otros más); en el tercer grupo se encuentran los ejercicios y medios complementarios que garantizan la preparación básica, estos son los saltos, las carreras de velocidad, las carreras para el desarrollo de la resistencia aerobia, la flexibilidad y movilidad articular, la coordinación y el equilibrio.

Otro de los logros surgidos de la revolución científico técnica y metodológica del deporte elite es el sistema de evaluación de los programas de entrenamiento. Entre las formas más difundidas y aun hoy día aplicada por muchos especialistas se encuentra el análisis estadístico del cumplimiento entre lo real y lo planificado en el programa de entrenamiento, producto científico de la relación causa y efecto. Este se obtiene regularmente por medio de la diferencia entre los indicadores de la carga de entrenamiento, entre las competencias que por sus resultados se clasifican en buenas y malas.

Actualmente el procedimiento para mejorar la evaluación objetiva de los programas de entrenamiento se ha perfeccionado ya que estadísticamente se que establece la relación entre de los resultados máximos del deportistas en las competencias fundamentales con los realizados en el entrenamiento, y así como el grado de aprovechamiento de los incrementos en los ejercicios especiales (aquellos que tienen relación directa con los rendimientos competitivos, en el evento que analizamos son el arranque, las cuclillas, fuerza acostado y el salto largo sin impulso) y a esto es lo que denominamos potencialidades competitivas, dado que gracias a ellos podemos evaluar las potencialidades objetivas de rendimiento a mediano y largo plazos de tiempo. En resumen, los resultados en los ejercicios especiales permiten al especialista realizar correcciones al proceso, evaluar y pronosticar los rendimientos competitivos.

Los resultados de la evaluación objetiva de los programas de entrenamiento de los deportistas de la elite cubana en la impulsión de la bala y tomando referencia de algunos de los mejores del mundo nos permitió clasificar de programa de bueno o eficiente cuando los deportistas logran marcas iguales o superiores al 97.1% de sus potencialidades en la competencia internacional fundamental, pero si la competencia es nacional a partir del 96%. En este trabajo solo expondremos los resultados del análisis de los programas de entrenamiento cuando los deportistas lograron rendimientos competitivos oficiales iguales o superiores al 97.1% de sus mejor resultado no oficial en el entrenamiento.

Otro aporte científico técnico y metodológico de la revolución en el entrenamiento deportivo lo constituyó las nuevas formas y procedimientos para hacer coincidir los momentos picos de la forma competitiva del deportista con el día y horario de la competencia fundamental, ya que eran frecuentes los deportistas que alcanzaban sus marcas en competencias no fundamentales, incluso registros que constituían nuevas marcas mundiales y sobre este particular queremos subrayar que muchas fueron record homologados porque cumplían con los requisitos oficiales de los controles antidoping. En el grupo de deportistas que establecieron nuevas marcas mundiales y no figuran entre los medallistas olímpicos se encuentran S. Bubka en atletismo y el cubano W. Vargas en levantamiento de pesas, en cambio otros que no establecieron record mundial y fueron medallistas olímpicos encontramos al corredor de los 100 metros planos Borsov y al pesista cubano Alberto Blanco.

Los resultados de las investigaciones hasta los años 1990 dirigidas a conocer el tiempo de entrenamiento que regularmente necesitan los deportistas para mostrar su mejor marca en la competencia fundamental, después de que alcanzaron su máximo potencial de rendimiento en el periodo preparatorio, tienen marcada regularidad por eventos y disciplinas deportivas. Estos intervalos de tiempo en la impulsión de la bala de las atletas elites de Cuba y entre medallistas en campeonatos mundiales y juegos olímpicos de otros países, es de 50 a 59 días, razón por la cual podemos sugerimos que el periodo competitivo debe programarse para 7 ó 8 semanas, pero dado lo atípico que esto resulta serán analizados en detalles más adelante.

El perfeccionamiento científico metodológico y practico del entrenamiento también se reflejo en la estructura anual del programa de entrenamiento, en décadas anteriores la introducción de los logros científicos en la practica deportiva era muy modesta y se aceptaba la idea de que en el año era suficiente realizar solo un macrociclo entrenamiento, a esto se llamó periodización simple dado que solo se planificaba un periodo preparatorio, competitivo y el periodo transitorio, pero al incrementarse la cantidad de competencias y contar los especialistas con los recursos suficientes para acortar el tiempo de recuperación de la carga, la estructura del entrenamiento anual vario sustancialmente en su forma, y se paso a la periodización doble, dos periodos preparatorios, dos periodos de competencias fundamentales, más resiente aun, en deportes de fuerza rápida la forma de programar el entrenamiento puede ser de periodización triple y hasta cuádruple, pero en todos los casos queda bien definido cuando inicia y termia el macrociclo.

La estructuran del plan anual de doble periodización exige que el primer macrociclo sea el más largo y se caracteriza por el predominio del volumen de la carga, nosotros lo denominamos macrociclos base, el segundo macrociclo puede ser más corto por cuanto puede ser reducido el tiempo dedicado a la preparación general, gracias a que se aprovecha el efecto acumulativo del primer macrociclo. A continuación expondremos el modelo típico del primer macrociclo del plan anual de entrenamiento y desarrollaremos los contenidos de la preparación física y técnica siguiendo el patrón surgido de la observación y la experimentación por más de 20 años de trabajo con las mejores atletas cubanas en la impulsión de la bala femenina de Cuba.


1. Elena Sarria, una de las mejores atletas de Cuba, en los
Estados Unidos de América cuando participaba en una competencia oficial, junio 1982.


2. Yumileidi Cumba (Medalla de plata en el Campeonato Mundial 2002)
durante un entrenamiento en el 2001.

Fotos (de la colección personal de Alfredo Herrera Corzo)


Desarrollo

Los datos primarios provienen del universo de los mejores 12 atletas cubanas elites en la impulsión de la bala, fueron analizaron 487 microciclos de entrenamiento, de los cuales 244 clasifican en los programas de buenos rendimientos (aquellos en los cuales los rendimientos superaron al 97 % de la mejor marca personal), y se destacan los de María Elena Sarria (1980) resultado de 20.40 m, implanto record nacional de Cuba y por primera vez una atleta latinoamericana realizaba registro por encima de los 20 m; Belsis Laza (1988), con solo 20 años, con un resultado de 19.34 m se convierte en la segunda cubana en impulsar la bala más allá de 19 m; en 1989 con 19.89 logra medalla de plata en las Juegos Mundiales Universitarios celebradas en la RFA.

El análisis de los mejores programas de entrenamiento permite establecer regularidades, entre las más importantes: la duración total del primer macrociclo modelo es de 23 semanas, aproximadamente 6 meses, sin incluir el periodo de recuperación o perdida de la forma deportiva. En la tabla 1 se distribuyen las semanas para los periodos de preparación física, tanto en su etapa de Preparación Física General (P.F.G.) como Preparación Física Especial (P.F.E.), y el periodo competitivo con su Etapa Especial (E.E) y Periodo Directo a la Competencia. (P.D.C.)

El periodo preparatorio que es él más prolongado y en particular en su etapa de Preparación Física Especial tiene por objetivo prioritario alcanzar las mayores potencialidades físicas y técnicas, que son a su vez, determinantes para mostrar los más altos rendimientos competitivos. Esta etapa se caracteriza por los mayores volúmenes de la carga en los lanzamientos generales y ejercicios de impulsión de la bala pesada, así como en los ejercicios con las pesas.

La dirección general del periodo preparatorio es hacia la preparación física, vea que la cantidad de repeticiones con la bala con el peso oficial de competencia son relativamente pocas, en particular durante la etapa de P.F.G., pero es muy significativa la cantidad de lanzamientos con la bala pesada, esto muestra el interés por incrementar los niveles de fuerza especial. Al finalizar este periodo los deportistas deben haber alcanzado o superados sus resultados máximos en la fuerza general y sus rendimientos en la impulsión de la bala desde la fase final del ejercicio.

En el siguiente periodo, el competitivo, el objetivo es transferir las potencialidades generales adquiridas a las especificidades técnicas de la ejecución de la impulsión de la bala y modelar el entrenamiento a partir del patrón general que se presentara en el programa de las competencias más importante. En los indicadores más informativos para evaluar la trasferencia de potencialidades se encuentran la automatización de la estructura técnica, la estabilidad de los resultados en los controles oficiales y la tendencia hacia el incremento en los rendimientos en las competencias no fundamentales.

En la metodología de la preparación de fuerza para alcanzar mejores indicadores de transferencia de las potencialidades generales a las especificas se deben aplicar formas de trabajo en los ejercicios con pesas que aumenten la intensidad y los rendimientos de fuerza máxima en particular en el ejercicio arranque, puede complementarse el control sobre los rendimientos de fuerza explosiva con los registros en el ejercicio salto de longitud desde el lugar.

En la introducción de este trabajo destacamos que el tiempo promedio en que los atletas demoraban en hacer coincidir la forma optima deportiva con el día de la competencia fundamental era 50 a 59 días, por lo cual el Periodo Competitivo está programado para un intervalo de tiempo relativamente largo y mantener al organismo de los deportistas soportando altos niveles de intensidad y condiciones estresantes de competencias es de gran dificultad. La solución de este difícil problema la encontramos en él modelo general del Periodo Competitivo que tiene dos etapas bien definidas; la Etapa Especial, la cual tiene coma prioridad la preparación técnica, razón por la cual hay sustancial incremento de la cantidad de lanzamientos en particular con el peso oficial de competencia y los ligeros; la segunda etapa, Periodo Directo a la Competencia tiene por objetivo alcanzar la más alta estimulación del potencial físico motor especial y general para la impulsión de la bala y modelar la preparación del deportista a las condiciones en las cuales se desarrollara la competencia fundamental.

En el análisis del contenido y dinámica de la carga de todo el macrociclo apreciamos la formación de ciclos de tres a cuatro semanas que concluyen en semanas o microciclos de descarga, con la excepción de la etapa de Preparación Física General en la cual la semana o microciclo de descarga está en la quinta semana, (ver tabla 2), esto se debe a razones organizativas, ya que en las primeras semanas se cumple dos tareas complementarias muy importante para el feliz desarrollo de las siguientes etapas del macrociclo. La primera, acondicionar de manera muy general al deportista para su futura adaptación al trabajo físico y la segunda tarea, que es propia del primer macrociclo del año, consiste en someter a los deportistas a los controles y chequeos médicos generales, estos incluyen análisis de sangre, heces fecales, orine, odontología así como los tratamientos que indiquen los especialistas, pero como ellos no son objetivo de este trabajo consideramos innecesario extendernos.

En la etapa de Preparación Física Especial, algunos la llaman de fuerza máxima, se establecen dos mesociclos, al concluir el último o inicio de la semana de descarga se deben aplicar los controles de fuerza y son ellos un punto de partida muy importante para la corrección del programa de entrenamiento y pronostico de los posibles rendimientos máximos que tendrá el deportista en la competencia fundamental, esto es muestra de la gran importancia que tienen estás primeras 15 semanas del primer macrociclo de entrenamiento del año.

En el Periodo Competitivo (tabla 3) el deportista comienza su participación en las competencias de preparación y fundamentales, para ello se hace necesario incrementar los medios y métodos de la Preparación Física Especial y de la Preparación Técnica, además de incrementar la intensidad en los ejercicios de la preparación de fuerza. Esto demuestra el alto nivel complejidad que tiene este periodo.

Un análisis más detallado del Periodo Competitivo indica sustanciales incrementos de los medios de la Preparación Técnica (cuantificamos la cantidad de lanzamientos con la bala ligera y la oficial de competencia) y en la medida que los atletas se aproximan a las competencias es mayor perfeccionamiento de la técnica (398 lanzamientos entre ligeros y normales), vea que en el Periodo Preparatorio son el 48.3% y en el Periodo Competitivo el 66.4% y de este periodo en la Etapa Especial fue el 74.3%.

La cantidad de Lanzamientos Especiales en todo el macrociclo como promedio fueron 1020.3 repeticiones, de ellas 408 (40%) en las 12 semanas de trabajo del Periodo de Preparación, no consideramos las tres semanas de descarga, y 622.3 (60%) en las 7 semanas del Periodo Competitivo, en el orden relativo de cantidad de repeticiones por semanas en el Preparatorio fue como promedio 34 repeticiones semanales y en el Periodo Competitivo 88.9 repeticiones por semanas, esto demuestra de manera objetiva la dinámica de incremento de Preparación Física Especial cuando las atletas se van aproximando a las competencias fundamentales.

En lo concerniente a los medios de Preparación General que están directamente relacionada con la impulsión de la bala (lanzamientos generales) el promedio general del macrociclo fue de 1114, de los cuales 710 (63.7%) se realizaron en el Periodo Preparatorio y 404 (36.3%) en el Periodo Competitivo. El análisis de la en la proporción de las repeticiones por semanas se comprueba que la diferencia entre los Periodos es relativamente poca, 59.2 repeticiones por semanas en el Periodo Preparatorio y 57.7 en el Competitivo.

El lector ya ha podido comprobar el gran reto que se le presenta a los entrenadores cuando las deportistas entran en el Periodo Competitivo, por cuanto, debe incrementar sustancial los medios de la Preparación Física Especial, Preparación Técnica, y mantener altos niveles de Preparación General (lanzamientos generales y carreras de velocidad) y aunque disminuye significativamente el volumen del entrenamiento con las pesas se incrementa sustancialmente la intensidad.

Al finalizar la primera etapa del Periodo Competitivo, etapa de Preparación Especial, los rendimientos en las competencias oficiales no fundamentales deben estar muy próximo a los resultados que fueron pronosticadas cuando finalizó el periodo preparatorio, esto corresponde a que la carga de entrenamiento tiene la tendencia ir descendiendo al finalizar la Etapa Especial para dar mejores condiciones al incremento de las capacidades anabólicas en los órganos y otros sistemas que son soportes de los rendimientos competitivos.

En el Periodo Directo a la Competencia sé reestimula y modela el entrenamiento tomando como patrón las futuras condiciones de la competencia fundamental. La función de reestimular se logra mediante la aplicación de indicadores de las cargas de manera concentrada, ya realizados en etapas anteriores, con altos contenido en volumen e intensidad, esta es la razón por la cual apreciamos una alto número de repeticiones en los lanzamientos generales y en el volumen de la carga de los ejercicios con pesas. Entre los teóricos del entrenamiento deportivo se maneja el criterio de que una de las maneras para mantener oscilando la forma deportiva en altos niveles, es la de aplicar estímulos elevados en la carga pero con los medios no competitivos para no provocar altas tensiones psíquicas por el entrenamiento

Un momento de interés conceptual en el macrociclo de entrenamiento de las atletas cubanas elites en la impulsión de la lo constituye el hecho de que la carga en su conjunto tiene la tendencia de incrementarse tanto en su magnitud general de volumen como de intensidad, ver dibujo 1. Esto reviste un especial interés, por cuanto demuestra que el proceso de entrenamiento es un proceso cíclico ascendente y es concluyente en que los rendimientos deportivos están condicionados a la magnitud de la carga. De tal razonamiento, si el incremento de la cantidad de trabajo está limitada por el factor tiempo y debemos considerar que para un nivel determinado de rendimientos competitivos le debe corresponder una comprobada cantidad de carga de trabajo; por tanto, después de este techo, para seguir el incremento los resultados competitivos se debe continuar aumentando la carga de entrenamiento, pero en su indicador rector de calidad, nos referimos a la intensidad de la carga en su concepto más abarcador.

Este razonamiento es el que ha provocado que en los programas actuales de entrenamiento se mantenga la estructura básica pero con el continuo incremento de la intensidad, con más énfasis en los medios que tributan a la preparación física y técnica especifica en particular los empleados para el desarrollo de la fuerza muscular. Un ejemplo, lo es el actual programa de preparación de la atleta que ocupo el segundo lugar en el pasado mundial de bajo techo y posible finalista en los Juegos Olímpicos, Atenas 2004, Yumileidi Cumba. Las variaciones fundamentales con el programa básico mostrado en este artículo están en el incremento de la intensidad de los ejercicios con pesas y la disminución en el volumen general de saltos y carreras de velocidad.

Conclusiones

1.

El análisis de los mejores programas de entrenamiento de las atletas cubanas elite en al impulsión de la bala permitió establecer regularidades especiales, entre las cuales se encuentran la duración promedio de los macrociclos, de sus periodos y etapas. El primer macrociclo del plan anual de entrenamiento como promedio es de 23 semanas; el Periodos de Preparación Física de 15 semanas, en su Etapa de Preparación Física General (6 semanas) y la Etapa de Preparación Física Especial (9 semanas); el Periodo Competitivo 9 semanas, la Etapa Preparación Especial (5 semanas) y la Etapa de Periodo Directo a la Competencia (4 semanas). La relación trabajo y descanso de los mesociclos para todo el macrociclo regularmente es de tres semanas de cargas y en la cuarta la descarga.

2.

El Periodo Preparatorio tiene por objetivo primario alcanzar las mayores potencialidades físicas y técnicas para incrementar los rendimientos competitivos, y se caracteriza por los mayores volúmenes de la carga en los lanzamientos generales así como en los ejercicios con las pesas. La cantidad promedio de lanzamientos generales del macrociclo fue de 1114, de los cuales 710 (63.7%) se realizaron en el Periodo Preparatorio y 404 (36.3%) en el Periodo Competitivo; el volumen general de los ejercicios con pesas del macrociclo 2714 Toneladas, en el Periodo Preparatorio 1462 aproximadamente el 54%.

3.

El competitivo, tiene el objetivo transferir las potencialidades generales adquiridas a las especificidades técnicas de la ejecución de la impulsión de la bala y modelar el entrenamiento a partir del patrón general que se presentara en el programa de las competencias más importante. El tiempo promedio en que los atletas demoraban en hacer coincidir la forma optima deportiva con el día de la competencia fundamental está en un intervalo de 50 y 59 días, razón fundamental por la cual el Periodo está programado en un intervalo de tiempo relativamente largo para mantener al organismo de los deportistas soportando altos niveles de intensidad y condiciones estresantes de competencias.

4.

El modelo general del periodo competitivo que tiene dos etapas bien definidas; la etapa especial, la cual tiene coma prioridad la preparación técnica; sustancial incremento de la cantidad de lanzamientos en particular con el peso oficial de competencia y los ligeros; segunda etapa, Periodo Directo a la Competencia, tiene por objetivo aplicar alta estimulación del potencial físico motor especial y general para la impulsión de la bala y modelar la preparación del deportista a las condiciones en las cuales se desarrollará la competencia fundamental.

5.

En el Periodo Competitivo hay sustanciales incrementos de los medios de la Preparación Técnica (cuantificamos la cantidad de lanzamientos con la bala ligera y la oficial de competencia) y de preparación física especial (cantidad de lanzamientos especiales). En el perfeccionamiento de la técnica (398 lanzamientos entre ligeros y normales), en el Periodo Preparatorio el 48.3% en el Competitivo el 66.4% y en particular en su etapa especial el 74.3%. La cantidad total de lanzamientos especiales en todo el macrociclo fue como promedio 1020.3 repeticiones, de ellos el 40% correspondieron al Periodo de Preparación; en el orden relativo de cantidad de repeticiones por semanas en el Preparatorio fue de 34 repeticiones y en el Periodo Competitivo 88.9 repeticiones por semanas.

No hay comentarios: