Los carbohidratos, las proteínas
y las grasas forman los tres principales macronutrientes, los cuales son
esenciales en una dieta balanceada. Mientras que las proteínas y las grasas son
responsables de funciones corporales tales como la creación de los tejidos del
cuerpo, los carbohidratos brindan más del 60% de la energía requerida por el
cuerpo para las funciones normales básicas, tales como el ritmo cardíaco, la
digestión, la respiración y el movimiento corporal.
Los carbohidratos pueden ser
clasificados de acuerdo a sus estructuras químicas, en carbohidratos simples y
carbohidratos complejos.
Los
carbohidratos simples
tienen una estructura química que
se compone de uno o dos azúcares. Lo más importante que podemos decir de ellos
es que tienen muy poco valor nutritivo para el cuerpo, y por lo tanto, es
recomendable que su consumo se limite a pequeñas cantidades (cosa que no
hacemos). Otra característica muy importante es que en comparación con los
hidratos de carbono complejos, los carbohidratos simples son digeridos por el
cuerpo más rápidamente, debido a que tienen una estructura química muy simple.
Hay dos tipos de hidratos de
carbono simples: monosacáridos y disacáridos.
Los monosacáridos compuestos por sólo un
azúcar, entre ellos la
galactosa, fructosa y glucosa.
Y los disacáridos que son dos
monosacáridos enlazados químicamente, y que vienen en forma de lactosa, maltosa y sacarosa.
Los alimentos que contienen
carbohidratos simples incluyen el azúcar de mesa, los productos con harina
blanca, miel, leche, yogurt, dulces, arroz y pan blanco, chocolate, fruta, zumo
de fruta, pastel, mermelada, galletas, refrescos y cajas de cereal (todo lo que
más nos gusta comer).
Quizás te preguntes, las frutas son malas
entonces? Absolutamente NO! No es lo mismo, el valor nutricional de una
cucharada de azúcar de mesa que los carbohidratos que obtenemos comiendo una
fruta, las frutas tienen vitaminas y minerales, y fibra si comes la fruta
entera y no solo el jugo entonces, come las porciones de frutas recomendadas y
obviamente disminuye la ingesta de dulces y harinas.
Carbohidratos Complejos
Los carbohidratos complejos
constan de una estructura química de tres o más azúcares, unidos entre sí para
formar una cadena. Estos azúcares son en su mayoría ricos en fibra, vitaminas y
minerales. Debido a su complejidad, toman un poco más de tiempo para ser
digeridos, de modo que no aumentan los niveles de azúcar en la sangre tan
rápidamente como los hidratos de carbono simples (lo veremos más adelante).
Al igual que los carbohidratos
simples, los carbohidratos complejos se dividen en dos categorías: los
oligosacáridos y los polisacáridos. Los oligosacáridos consisten en un pequeño
número de monosacáridos, que no exceda de 10; son importantes en la absorción
de ciertos minerales y la formación de ácidos grasos. Los polisacáridos a menudo
están compuestos de un gran número de monosacáridos y disacáridos, por ejemplo
la celulosa, dextrina, almidón y glucógeno.
Los carbohidratos complejos se
encuentran comúnmente en verduras, pan integral y cereales. Ejemplos de
alimentos /que contienen carbohidratos complejos incluyen la espinaca, camote,
brócoli, zapallo, garbanzos, lentejas, leche desnatada, cereales integrales y
muchas otras plantas leguminosas y verduras.
¿Qué es el índice glucémico
(IG)?
La personas catalogan a los
carbohidratos en malos y buenos, pero cientificamente se habla de índice
glucémico, que simplemente es un valor que se adjudica a los alimentos para
describir el impacto de su consumo sobre los niveles de glucosa en sangre… La
velocidad a la que se digieren y asimilan los diferentes alimentos depende del
tipo de nutrientes que los componen, de la cantidad de fibra presente y de la
composición del resto de alimentos presentes en el estómago e intestino durante
la digestión.
Comer alimentos con un IG alto
(carbohidratos simples), produce un rápido aumento en los niveles de glucosa en
la sangre, esto estimula alinsulina funcionamiento páncreas a producir
insulina. La insulina hace que todas las celulas del cuerpo capten la glucosa y
la utilicen como energía, hasta aquí todo va bien el problema es cuando hay más
glucosa de la que el cuerpo necesita… Cuando esto sucede el músculo y las
células del hígado captan la glucosa extra para almacenarla. Si el sistema
digestivo está bombeando glucosa en el torrente sanguíneo más rápidamente de lo
que la insulina puede moverla en los músculos / hígado, el cuerpo convierte el
exceso de glucosa en grasa. Nuestro código genético está programado de esta
manera para permitirnos sobrevivir mejor a los periodos de escasez de
alimentos. En una sociedad como la nuestra, en la que nunca llega el periodo de
hambruna posterior al atracón, todas las reservas grasas se quedan sin utilizar
y nos volvemos obesos.
Así que amigos, cuando comemos (o
bebemos) un carbohidrato simple, ya sea un refresco, un helado bajo en grasa, o
incluso un vaso de jugo de naranja, todo el azúcar ingerido rápidamente se
precipita en el torrente sanguíneo. Por lo general, sentímos un pico alto de
energía, y el cuerpo reacciona inmediatamente llamando al páncreas a producir
insulina adicional para eliminar el exceso de azúcar en la sangre. Y
subitamente su nivel de azúcar sanguínea baja como resultado de la insulina
haciendo su trabajo, lo que provoca un sentimiento de necesidad de más
combustible, más energía y más calorías; empiezas a anhelar más azúcares.
Tal vez pensarán, ok la grasa no es lo que me
engorda sino los carbohidratos que mi cuerpo almacena como grasa, entonces solo
dejo de consumirlos y listo… pierdo peso. En teoría esa es la solución pero
debes de recordar que nuestro cuerpo los utiliza como energía, y si reduces
subitamente su ingesta te sentirás débil y sin ánimo; las celulas de nuestro
sistema nervioso se alimentan de esa glucosa (de ahí el placer que provoca el
azúcar). La solución es consumir carbohidratos complejos ya que su digestión es
más lenta en comparación con los simples, y no se produce ese pico de azúcar.
Como su digestión es progresiva te mantendrá lleno por más tiempo y no tendrás
ansias de estar picando = comes menos y bajas de peso sin poner en riesgo tu
bienestar general.
¿Cuántos carbohidratos consumo?
Basado en una dieta de 2.000
calorías diarias, lo recomendable es consumir 250 gramos de
carbohidratos diarios. Además, tenga en cuenta que 15 gramos de
carbohidratos cuentan como una porción.
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